La subida a la montaña de Montjuïc, con una marea humana en los márgenes de la carretera y la marcha ralentizada del autobús del Barça, ha permitido ver imágenes nunca vistas.
Por Javier Gascón | Mundo Deportivo
Sí se han vivido llegadas al Camp Nou con un extraordinario colorido y pasión, pero la inclinación del camino al Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc ha permitido que se captaran imágenes espectaculares de bengalas, humo y banderas y que se vivieran escenas de gran pasión con petardos y cánticos de todo tipo.
La emoción fue tan desbordante que produjo alguna situación confusa y desconcertante, como la de unos aficionados del Barça lanzando objetos al autobús del Barça pensando que era el del PSG, hecho también reprochable sea cual sea el destino del proyectil.
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