A 100 días de la apertura de los Juegos Olímpicos de París, las instalaciones están preparadas y las principales preocupaciones se centran en la seguridad, especialmente en la ceremonia de apertura en el río Sena, que supone un gran reto.
La llama olímpica fue encendida el martes en Olimpia y tendrá un periplo por Grecia antes de llegar al 8 de mayo a Marsella, donde hasta la inauguración olímpica del 26 de julio comenzará un viaje por toda Francia, que le llevará incluso a las Antillas o la Polinesia Francesa.
Una apertura que genera dudas
La ambición de tener una ceremonia de apertura histórica, por primera vez fuera de un estadio y en un lugar tan simbólico como el río Sena, se ha convertido en todo un quebradero de cabeza por el dispositivo de seguridad necesario.
El lunes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reafirmó la intención de mantener la idea inicial, aunque a la vez dio impulso a las especulaciones al apuntar que en caso de una amenaza importante existen unos “planes B y C”. Es la primera vez que se admite la hipótesis, hasta ahora excluida por las autoridades, de que es posible que el acto tenga lugar dentro del Estadio de Francia, en Saint-Denis (periferia norte de París).
El contexto internacional añade tensión a esta cuestión: el conflicto sigue entre Rusia y Ucrania, mientras que la situación en Oriente Medio se ha agravado con el reciente ataque de Irán en Israel.
En Francia, el Plan Vigipirate elevó recientemente el nivel a “Urgencia Atentado” después de un ataque en Moscú el 22 de marzo que ha reivindicado el Estado Islámico.
“Claramente, el contexto es de tensión”, confirmó a la AFP una fuente de la seguridad, si bien la ministra de Deportes Amélie Oudéa-Castera explicó que hasta ahora no se había detectado ninguna amenaza específica hacia los Juegos.
Según dijo el martes a la emisora RFI el presidente del Comité de Organización, Tony Estanguet, la apertura en el Sena sigue siendo el “plan principal” y es “muy probable” que sea el escenario de la ceremonia.
El desafío de los transportes
A pesar de la movilización de las autoridades sobre ese asunto, ¿estarán los transportes preparados para absorber el flujo de espectadores de los Juegos Olímpicos en el verano parisino?
El metro de la capital francesa no da signos sensibles de mejora y siguen en curso las negociaciones para las compensaciones a los trabajadores que serán movilizados por las sociedades públicas responsables, SNCF (estatal) y RATP (regional).
“Si va mal [durante los Juegos Olímpicos], se dañará la imagen de Francia”, advirtió Jean Castex, exprimer ministro francés y actual dirigente de la RATP.
Alimentan los temores de las autoridades las amenazas de huelgas que han realizado algunos sindicatos.
En lo referente a los aeropuertos parisinos, Roissy y Orly, que serán las dos principales puertas de entrada a Francia para las delegaciones extranjeras, sus responsables se preparan para acoger a más de 60.000 acreditados desde el 18 de julio, fecha de la apertura oficial de la Villa Olímpica.
París comienza a transformarse
La capital comienza a tener ambiente olímpico. Las primeras instalaciones olímpicas en la plaza de la Concordia o el Campo de Marte comienzan a aparecer en el paisaje urbano de la ciudad, lo que hace que los motores empiezan a calentar.
Las inauguraciones de instalaciones se han ido encadenando entre febrero y abril, con la entrega de llaves de la Villa Olímpica, de la Villa de Medios, de la Marina de Marsella y del Centro Acuático de Saint-Denis. Desde el 29 de febrero, los organizadores preparan los 3.000 apartamentos de la Villa Olímpica, que se disponen a recibir a 14.500 personas, entre deportistas y miembros de las delegaciones.
La amenaza rusa sigue presente
Si bien la cuestión de la participación de deportistas rusos sigue sujeta a la coyuntura del momento, siguen por el momento autorizados a participar bajo bandera neutral y bajo estrictas condiciones.
No estarán presentes en la ceremonia de apertura. También los bielorrusos están vetados del desfile por el Sena.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, dijo en un reciente viaje a Kiev que los rusos “no son bienvenidos” a su ciudad.
Según Macron, Rusia podría intentar perturbar el desarrollo de los Juegos Olímpicos en París, una acusación rechazada por Moscú. La ciberseguridad es otra de las mayores preocupaciones de las autoridades. AFP