Uno de los mecanismos empleados en ese plan del expresidente de Pdvsa, Tareck El Aissami, era el control de las divisas ingresadas por venta del combustible en Venezuela, área a cargo del coronel Marino José Lugo Aguilar, fallecido en calabozos de la Dgcim.
Con información de Eligio Rojas | Últimas Noticias
Al respecto, en marzo de 2020, El Aissami anunció al país un nuevo esquema para la comercialización del combustible el cual inició el 1 de junio de ese año.
Ese esquema incluía dos modalidades: gasolina subsidiada y dolarizada. La subsidiada se otorgaría a través del Sistema Patria donde están afiliados aproximadamente 19 millones de venezolanos a quienes le cargarían 120 litros al mes a razón de 0,11 centavos de dólar. Mientras que el combustible a precio internacional se vendería a 0,50 centavos de dólar.
El combustible subsidiado se expendía originalmente en 1.368 estaciones de servicio y 200 para la dolarizada.
De acuerdo a informes técnicos a los cuales Últimas Noticias tuvo acceso, de esas 200 estaciones autorizadas para vender a precio internacional, Antonio Pérez Suárez, vicepresidente de Pdvsa, seleccionó 150 que denominó “de confianza”. Ese grupo de gasolineras, manejadas por empresarios privados, debían entregar el pago en efectivo (billetes verdes) ante la Dirección de Mercadeo Interno de Pdvsa a cargo del coronel Marino Lugo y éste a su vez los llevaba a la oficina de Pérez Suárez. De hecho, cuando realizan el allanamiento a ese despacho en marzo de 2023, los funcionarios de la Policía Nacional contra la Corrupción (PNCC), localizaron fajos de dólares en distintos sitios de la oficina.
Y en caso de que el dueño de la estación no acudiera a llevar las divisas semanalmente, se presentaba al sitio una comisión de Prevención de Control y Pérdidas de Pdvsa a retirar el efectivo.
A esas estaciones de confianza les despachaban diariamente dos gandolas que cargaban entre 23 mil y 33 mil litros. Pdvsa se los vendía a 0,49 centavos de dólar para que lo vendieran a 50 centavos, según el informe donde se especifica que el precio podía variar en beneficio del empresario privado.
Cada semana las 150 estaciones de confianza arrojaban un aproximado de 109 mil 760 dólares.
Ese esquema duró 32 meses (junio 2020-marzo 2023) lo cual produjo 2.041.583.000 de dólares que no ingresaron al Estado venezolano, sino que fueron convertidos en monedas digitales a través de esa especie de “banca paralela” manejada desde la Sunacrip, según la investigación.
Hasta ahora el dinero robado bajo ese esquema no ha sido recuperado en su totalidad.
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