José Medina, un migrante venezolano de 45 años, enfrenta una travesía desafiante mientras avanza lentamente por las carreteras de México en busca de la frontera con Estados Unidos. Con secuelas de una fractura de cadera, Medina se apoya en sus muletas para seguir adelante.
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“Dormimos un rato, descansamos, seguimos caminando”, relató Medina. Durante cuatro días, ha recorrido aproximadamente 72 kilómetros, pero aún le quedan más de 322 kilómetros para alcanzar su destino. El dolor se intensifica con cada paso debido al clavo que lleva en la pierna.
La distancia entre Chihuahua y Ciudad Juárez es de aproximadamente 402 kilómetros. Sin embargo, Medina y otros migrantes enfrentan el temor constante de ser detenidos por las autoridades y devueltos a Guatemala. Para evadirlos, se aventuran a caminar por el desierto, desafiando no solo el peligroso trayecto, sino también las políticas migratorias.
La historia de José Medina es un recordatorio doloroso de los sacrificios y riesgos que asumen los migrantes en busca de una vida mejor. A pesar de las dificultades, su determinación persiste mientras sigue avanzando hacia la esperanza del sueño americano.