Lo generado en el proceso de la elección primaria ha tenido tal fuerza que ha provocado una gran alianza, por la necesidad de transitar la ruta electoral, que ya es un canto unísono de la sociedad venezolana, pero ella solo va a tener eficacia si se opera una unidad política. Y ahí también es ejercida la presión ciudadana y muestra de ello fue lo sucedido en toda la incidencia de la Plataforma Unitaria Democrática. El vasto movimiento ciudadano ha provocado estos efectos, que las ciencias políticas deben de estudiar. El otro tema es como se ha producido en la sociedad un modo electoral creativo, incluso antes de la primera declaración de nuestro hoy candidato presidencial Edmundo González Urrutia, pues en la redes sociales ya estaban corriendo videos, expresiones de respaldo, eslogans, etc., sobre su candidatura, porque la sociedad está compenetrada en estos elementos y ha visto a un diplomático con un tono claro, modesto, humilde y la gente ha notado una gran diferencia en sus declaraciones a lo que escuchamos desde la acera de enfrente. La gente ha notado que estamos en camino del retorno de la normalidad, por la necesidad de que existan funcionarios que sean servidores públicos probos.
Se conjugan tres acciones que han dado como resultado una tranquilidad expectante para la sociedad venezolana, que es la coincidencia de tres tipos de acción. La primera, Nicolás Maduro en febrero expulsó del país a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas, porque había mostrado preocupación en sus declaraciones por la arbitraria detención de Rocío San Miguel. Ahora llama para que se instale nuevamente en Venezuela. Por otro lado, se produce la expresión del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien dice: “Está sucediendo algo extraordinario.
Toda la oposición se unió, lanzó un candidato único”. Estos dos componentes se suman a la presencia en Caracas del fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, quien dijo: “Ha quedado claro que tengo jurisdicción para seguir investigando (…) Mi trabajo no es ser popular y no lo voy a hacer, mi trabajo es aplicar la ley”. Como se aprecia, son dos expresiones directas que han actuado juntas en forma de una presión internacional extraordinaria.
Las declaraciones de Lula y del jefe de la misión de Estados Unidos para Venezuela, Francisco Palmieri, sobre la candidatura de Edmundo González Urrutia fueron antes del anuncio de la aceptación de la sustitución de los candidatos de los partidos Un Nuevo Tiempo y del Movimiento por Venezuela (MPV). Esto hay que resaltarlo, porque el país estaba expectante. Para decirlo en el argot beisbolístico, las bases ahora están llenas. En otras palabras, tenemos tres corredores en las bases (Karim Khan, Lula y la ONU) a 95 días del proceso electoral, para llegar a la goma, que es el reencuentro de los venezolanos.
Esto ha llevado calma y tranquilidad al venezolano, porque el régimen no respeta ninguna norma, la más mínima norma para establecer garantías electorales, que es lo que permite que hayan elecciones limpias. En los países donde existe la democracia esto ni siquiera hay que solicitarlo, porque la pulcritud es algo implícito en los procesos electorales.
A pesar de estar en un territorio minado, pacientemente y en forma heroica, hemos seguido adelante. Esto provoca que necesariamente no dejemos de pensar en un factor indispensable, pues a pesar de que los números que muestran las encuestas nos hablan de que los votos están, es imprescindible mantenernos con el foco puesto en la defensa del voto, que es en lo que hemos estado trabajando desde hace meses. Sin embargo, hay que dar algunas luces de lo que son los elementos de la transición.
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En días recientes vimos la noticia de que Nicolás Maduro, había contratado a la firma Rothschild en París, Francia, con la intención de realizar un mapeo de la deuda venezolana en el exterior, con lo cual busca lograr una restauración de la deuda venezolana en el mercado financiero internacional.
El pequeño detalle que se le olvida a estas dos familias, “Rothschil & Maduro”, es que para eso se necesita un reconocimiento internacional producto de unas elecciones libres y limpias.
Maduro, intenta de manera desesperada enviar señales de confianza al mercado financiero internacional, porque hay que recordar que Maduro es el gobernante con mayor desprestigio del hemisferio. Esto sin olvidar lo recientemente ocurrido con Barbados-Casa Blanca-Miraflores.
Ahora bien, Rothschils, con más de 200 años de experiencia financiera internacional, sabe muy bien que sin legitimidad sus oficios serán nulos y pareciera ignorar que la Asamblea Nacional 2015 viene haciendo un trabajo de mapeo financiero con gobiernos aliados.
El renacer de nuestra democracia está cada día más cerca y será con un gobierno legítimo, reconocido a nivel internacional, que se podrá renegociar la deuda venezolana bajo condiciones constitucionales y leyes internacionales, pero nunca bajo el desespero de un ilegítimo que ni pagando lobbies a compañías de las más caras del planeta ha podido convencer a ninguna nación de occidente de que es un gobernante legítimo.
Una vez desalojado Maduro de su oficina en Miraflorues, la confianza, los inversionistas, las grandes compañías, trasnacionales y venezolanos, regresarán al país. Este tema será un punto prioritario para asumir la transición y entrada del país en el concierto internacional.
Con los pies sobre la tierra, pero con la vista puesta en La Mejor Venezuela, el reto del financiamiento internacional será una prioridad en el nuevo gobierno.
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Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015; expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA); miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.