Maduro en cadena nacional da una muestra más de populismo financiero e irresponsabilidad administrativa, oculta el fracaso del gobierno en materia de política social (habitacional, pensiones y salud).
Por Elsa Muro
Cómo las personajes de Herrera Luque en su novela “Los Amos del Valle”, las “paga peos”, que eran las negritas que asumían la responsabilidad de la flatulencia de las mantuanas, cuando estas asistían a misa, Maduro y la élite que lo rodea, incluyendo, los asesores ecuatorianos y a Monedero, ya tienen sus paga peos: los empresarios y los trabajadores.
Maduro en una puesta en escena, siguiendo a sus rojos mantuanos, la flatulencia derivadas del fracaso de sus once años de gobierno, más la herencia de Chávez pretende seguir acogotando de cargas fiscales a los empresarios.
Además de la ampliada cadena de contribuciones especiales y parafiscales, un número exagerado que exige pago en dinero, inversión en personal para cumplir las exigencias abusivas de los fondos, que los administran y no retribuyen en nada, ahora la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, “va a proceder a introducir un proyecto de ley especial en el marco de la justicia tributaria, en el marco de la justicia social, en el marco de nuestro proyecto de igualdad, para que los empresarios del país, los empleadores del país, hagan un aporte especial mensual, de acuerdo a sus ingresos netos, para que ese aporte captado en esta ley y en un nuevo fondo, vaya para mejorar las pensiones del país y los ingresos de los pensionados y pensionadas de manera significativa. Ley Especial de Aporte de los Empleadores para la Protección de las Pensiones contra el Bloqueo Imperialista. Empresarios, empresarias, frente al bloqueo, frente a las nuevas sanciones del 18 de abril.”
Maduro como las mantuanas de Herrera Luque tiene sus paga peos: “No me pueden echar todo el carro a mí.”
Y es carro que se mueve con flatulencia lo direcciona al sector privado, empresarial y laboral.
Maduro debe responder ante el país, que ha hecho con los inconmensurable recursos recaudados por las contribuciones Banahvi, INCES, Seguro Social y otras contribuciones alta y a fondo perdido, que pagan tanto los trabajadores como los empresarios en algunos casos bajo mención de seguridad social.
El caso de la criptocrisis como del Tarekgate se repiten en las administraciones encargadas de gestionar los impuestos y las contribuciones.
La corrupción es enorme y ahí si funciona la redistribución de la riqueza de otros.
Los abuelos tienen años sometidos a vejámenes, maltrato y olvido. Y ellos no tiene a quien responsabilizar de las flatulencias del gobierno.
Además, Maduro con el empleo de la nueva lengua de sus mantuanos anuncia “el ingreso mínimo integral de los trabajadores a 130 dólares, “el mínimo, y que impacte crecientemente en la capacidad de los trabajadores, quiere decir, que este año, de enero a mayo, hemos impactado el 86% el ingreso”.
La demagogia fiscal de Maduro acelerará el incremento de los precios de bienes y servicios, es decir, generará inflación.
El peor impuesto que sufre la población, mayor informalidad, mayor evasión y un incremento en el reducido mundo de los paga peos.