La dinámica migratoria de los venezolanos solía estar orientada a países de Latinoamérica, pero en los últimos años esa constante cambió. Nicole Hernández, investigadora de Cepaz, informó que la migración hacia esos países disminuyó mientras que en Estados Unidos se triplicó en los últimos 10 años.
Por Wincarlys Ramos | Crónica Uno
Un estudio del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) y la Red de Activistas Ciudadanos por los Derechos Humanos (Redac) determinó que en 20 años la población de migrantes venezolanos aumentó cerca de 600 % en Estados Unidos, y cada vez son más las personas que piden asilo o refugio en esa nación.
Cifras de las autoridades migratorias en Estados Unidos indican que los venezolanos son la población hispana con mayor crecimiento en su territorio. Registros del Pew Research Center demuestran que el número pasó de 95.000 a 640.000 personas hasta el año 2021.
Cepaz y Redac atribuyen el fenómeno de migración masiva a la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela y a la crisis de “múltiples dimensiones”.
Rutas peligrosas
Para llegar a Estados Unidos los venezolanos deben cruzar al menos siete países (Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y México) y rutas migratorias peligrosas, como la frontera colombo-venezolana, la selva del Darién, usar el tren conocido como La Bestia en México y atravesar la frontera de México con Estados Unidos.
En el trayecto, los migrantes están expuestos a múltiples situaciones de riesgo. Entre estos se cuentan las condiciones naturales y de seguridad de las rutas, a organizaciones criminales, extorsiones, a la trata de personas, secuestros, violaciones, amenazas de muertes, así como también a desafíos legales, sanitarios, socioeconómicos y barreras lingüísticas y culturales.
Hernández manifestó que la frontera entre Estados Unidos y México (que se extiende desde el noroeste de la ciudad de Tijuana hasta la desembocadura del Río Bravo en México) es catalogada como “la ruta terrestre más peligrosa del mundo”. En 2022 reportaron 686 personas migrantes que desaparecieron o murieron en esa ruta.
“Si pasar por el Darién es una pesadilla, México es el infierno”, recuerda Natalia Matamoros, periodista e investigadora venezolana radicada en México, sobre lo que le cuentan los migrantes en su ruta hacia Estados Unidos.
Matamoros relató que las personas migrantes, desde su ingreso a suelo mexicano, son víctimas de extorsión por parte de funcionarios de migración de ese país. Deben pasar por numerosas alcabalas.
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