Kylian Mbappé se marcha del PSG agradecido después de siete temporadas, aunque con una herida abierta con el presidente del club francés Nasser Al Khelaifi, el único del que no se ha despedido en el comunicado de despedida que ha lanzado a través de sus redes sociales. El delantero francés ha citado a todos su entrenadores y directores deportivos, empezando por Unai Emery y terminando por otro español, Luis Enrique. Pero de Al Khelaifi, ni línea.
La relación se empezó a romper el verano pasado, cuando en el mes de julio decidió comunicar al club que no ejecutaría la ampliación de contrato hasta 2025. En ese mismo instante, todo saltó por los aires. Mbappé acusó al club de filtrar su decisión a la prensa y el club respondió poniéndole en venta y apartándole del día a día de sus compañeros. Mbappé no olvida eso y por eso su relación con Nasser no ha vuelto a ser lo mismo.
En el mes de agosto, las dos partes llegaron a un acuerdo profesional para normalizar la situación e intentar afrontar la temporada de la mejor manera posible. Mbappé perdonó la prima de contrato de 100 millones que debía cobrar al término de este curso y el club le volvió a abrir las puertas del equipo.
Mbappé jugó toda la temporada con absoluta normalidad, firmando 43 goles en 46 partidos oficiales, pero tampoco olvida los últimos meses, en los que ha pisado el banquillo más de lo que querría. Intuye que detrás de esa decisión no está Luis Enrique, sino el club, dolido por su marcha al Real Madrid.
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