El barrio en el que creció Mikelle Biggs no cambió demasiado en los últimos 25 años.
Por Clarín
“Parece casi igual”, mencionó Kimber Biggs, la hermana pequeña de Mikelle.
El 2 de enero 1999, Mikelle Biggs salió a la calle con su bicicleta. Justo enfrente de su casa de Arizona, Estados Unidos, había un camión que vendía golosinas. Toda una tentación para la nena, que no dudó y fue a comprar. Esa fue la última imagen que se recuerda de la menor. Desapareció y hasta hoy nada se supo de este caso misterioso.
La desaparición llegó a ser noticia en todo Estados Unidos. No sólo por tratarse de una nena de 11 años, sino porque no quedaron pistas ni huellas que pudieran servir para investigar qué pudo haber pasado.
Décadas después, un billete de un dólar con un mensaje escrito en inglés puede ofrecer una pista sobre lo que ocurrió ese día. El mensaje dice: “Mi nombre es Mikel Biggs secuestrada en Mesa Az Estoy viva”.
El billete fue emitido en 2009, por lo que el mensaje, de ser real, tendría como mucho nueve años. Pero es imposible de rastrear. Un hombre se lo entregó a la policía a 1.700 millas de distancia (2.400 kilómetros), en Neenah (Wisconsin).
“Lo raro es que el nombre está mal escrito. Es extraño y podría llevar a pensar que no es legítimo”, explicó Kevin Wilkinson, jefe de policía de Neenah, a la cadena ABC. Y agregó: “Pero ¿quién elegiría esto, un caso de hace 25 años? Es alguien que sabía algo del caso”.
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