La portavoz del Partido Socialista español (PSOE), Esther Peña, confió en que las consultas diplomáticas entre España y Argentina fructifiquen en las próximas horas y no se rompan las relaciones entre ambos países, al tiempo que espera una disculpa “firme” del presidente de Argentina, Javier Milei, por sus ofensas contra el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez.
“Espero que no, que el periodo de consultas fructifique. El pueblo argentino tiene que ser aliado del pueblo español, aunque una cosa es el Gobierno y otra el pueblo”, dijo este lunes la portavoz socialista tras la reunión de la Ejecutiva del partido, actual gobernante junto a la plataforma de izquierdas Sumar.
Milei, en un acto que reunió ayer en Madrid a distintos representantes de la ultraderecha de todo el mundo, denominó a Sánchez como “calaña” y calificó a su esposa de “corrupta”.
Peña insistió en que las declaraciones de Milei son una “aberración diplomática que no tiene excusa y merece una contestación firme del Gobierno de Argentina”.
“Y espero que suceda en las próximas horas y si no el Gobierno español irá dando pasos en defensa de los intereses de España y de los españoles. Y lo irán anunciando ellos”, recalcó.
Por su lado, fuentes del otro partido del Gobierno, Sumar, creen que la respuesta del Ejecutivo español a los insultos del presidente argentino hay que situarlos también en un contexto electoralista por las europeas, aunque aseguran que el ataque de Milei requiere una respuesta.
“La equidistancia no es la solución para nada”, opinó al respecto la dirigente socialista, que también lanzó un mensaje al conservador Partido Popular al no condenar el discurso de Milei: “A este país se le respeta. A España se le respeta, a los españoles se les respeta y se le defiende gobierne quien gobierne”.
La portavoz del PSOE recordó tanto a los populares como al líder de la ultraderechista Vox -organizador del evento en el que participó Milei-, Santiago Abascal, que el patriotismo se ejerce “desde la lealtad a España y a sus instituciones” y “no es una pulserita, ni enarbolar una bandera”. EFE