Creencias, fe, esperanza, imaginación y ciencia se juegan un buen partido a la hora de dilucidar temas como la muerte, el alma y la resurrección.
Por: Clarín
El más antiguo de los libros, la Biblia, nos habla del alma y de resurrección, especialmente en el Nuevo Testamento que refiere el ascenso del alma y la resurrección de Cristo.
Pero en el Antiguo Testamento, Génesis 3:19, Dios le advierte a Adán: “polvo eres, y al polvo volverás”.
La angustia existencial nos impide acompañar el momento de la muerte con la misma actitud que se acompaña un nacimiento. ¿La nada nos precede y la nada nos espera? ¿O somos aves de paso, reencarnación de almas que a nuestra muerte seguirán su camino? La pregunta sería, más allá de una supuesta preexistencia y trascendencia, ¿existe el alma?
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