El impactante daño que el enojo le produce al cuerpo: cómo afecta al corazón, al estómago y al cerebro

El impactante daño que el enojo le produce al cuerpo: cómo afecta al corazón, al estómago y al cerebro

Joyce Tam explica que el enojo afecta la corteza prefrontal y el hipocampo, dañando la memoria y la toma de decisiones. (Imagen ilustrativa Infobae)

 

El enojo es una emoción común que todos experimentamos, pero cuando se vuelve frecuente o intenso, puede tener efectos negativos profundos en nuestra salud física. No solo afecta nuestra mente, sino también nuestro corazón y nuestro sistema gastrointestinal.

Por Infobae





Efectos del enojo en la salud cardiovascular

Un estudio reciente del Journal of the American Heart Association ha revelado que el enojo puede aumentar significativamente el riesgo de ataques cardíacos. Los investigadores examinaron cómo tres emociones diferentes—enojo, ansiedad y tristeza—afectan el funcionamiento del corazón. Los participantes fueron sometidos a tareas que inducían cada una de estas emociones, y luego se evaluó el flujo sanguíneo en sus brazos mediante un manguito de presión.

Los resultados detallados por The Wall Street Journal mostraron que aquellos en el grupo de enojo presentaron un flujo sanguíneo peor en comparación con los otros grupos, ya que sus vasos sanguíneos no se dilataron adecuadamente. Esto sugiere que el enojo puede dañar las arterias con el tiempo, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Daichi Shimbo, profesor de medicina en la Universidad de Columbia y autor principal del estudio, especula que estos “insultos crónicos” a las arterias podrían dejar a una persona vulnerable a enfermedades del corazón si se enoja con frecuencia.

Impacto del enojo en el sistema gastrointestinal

El enojo no solo afecta el corazón, sino también el sistema gastrointestinal. Cuando alguien se enoja, el cuerpo produce numerosas proteínas y hormonas que aumentan la inflamación. Esta inflamación crónica puede incrementar el riesgo de varias enfermedades.

Para leer la nota completa, aquí