Pese a la decepción por caer eliminado por primera vez en primera ronda en Roland Garros, Rafael Nadal se sintió suficientemente competitivo el lunes frente a un Alexander Zverev “muy fuerte”. Tanto como para no poner aún el punto final a su exitosa carrera.
Luego de largos meses de incertezas en cuanto a la posibilidad de poder volver a jugar en la tierra batida de París, la derrota ante Zverev por 6-3, 7-6 (7/5) y 6-3 en más de tres horas de partido, deja ahora en el aire cuándo colgará definitivamente la raqueta.
Una cosa, no obstante, parece clara: el ganador de la Copa de los Mosqueteros en 14 ediciones va a sacrificar Wimbledon para prepararse mejor para los Juegos Olímpicos, que volverán a disputarse en las instalaciones de Roland Garros.
“No muy lejos de hacer algo importante”
“He demostrado que estaba para algo más que una derrota en primera ronda”, se felicitó Nadal tras caer ante Zverev, sin ocultar la decepción.
Pese a estar casi dos años sin jugar por las lesiones y a punto de cumplir 38 años, el mallorquín, lastrado por su bajo ranking, tuvo la mala suerte en el sorteo de quedar emparejado con el actual N.4 del mundo, “un jugador en gran forma y uno de los mejores jugadores del mundo”, reconoció el español.
Nadal no solo aguantó físicamente, sino que no ha perdido nada de su combatividad y espíritu de lucha que siempre le han caracterizado. “Estoy listo para volver a jugar mañana… pero lamentablemente no podré hacerlo”, bromeó en su conferencia de prensa del lunes.
En algunos momentos del partido, Nadal estuvo cerca de apretar el partido, como cuando sacó para apuntarse el segundo set y cuando estuvo un ‘break’ arriba en la tercera manga.
“He tenido momentos para haber dado un cambio al partido, pero no tengo los automatismos ni la confianza para haberlo concretado”, admitió.
“Difícilmente hubiera podido jugar mejor”, añadió Nadal, quien durante casi dos décadas fue intratable en tierra.
“Algo normal” tras estar “casi dos años sin jugar este tipo de partidos”, insistió.
Pese a todo, Nadal sacó cosas positivas de su derrota: “Mi sensación es que no estoy demasiado lejos de estar en condiciones de hacer algo importante”.
Dudas sobre el futuro
La acumulación de lesiones durante toda su carrera le llevaron a estar “destrozado mentalmente” al punto que Nadal admitió haber pensado en “poner punto final a todo esto”.
El lunes, tras perder, insistió en que probablemente fue su última participación en Roland Garros, aunque sin poder garantizarlo “al 100%”.
Lo que teme es que “dentro de un año o dos” se arrepienta de haber anunciado su retirada demasiado pronto, sin darse una última oportunidad ahora que empieza a sentirse “un poco mejor físicamente”.
Su próximo objetivo será participar en los Juegos de París, tanto en individuales como haciendo pareja con Carlos Alcaraz.
“Después habrá que ver cómo me encuentro, cuál es mi motivación, cómo se porta mi cuerpo y si seguir jugando tiene sentido teniendo en cuenta mi nivel”.
“Si continuo teniendo pasión por el tenis, sigo siendo competitivo y si tengo buena salud para disfrutar, quiero seguir jugando aún un poco más”, insistió.
Renuncia a Wimbledon
La tierra batida es la superficie en la que Nadal ha forjado su leyenda, pero también en otras superficies como la hierba, conquistando en dos ocasiones Wimbledon.
Pero dadas sus circunstancias actuales y con los Juegos, que se disputarán en las mismas instalaciones de Roland Garros, como objetivo, Nadal dejó entrever que renunciará al torneo londinense.
“No creo que sea inteligente después de todo lo que ha pasado mi cuerpo estos dos años y justo después de volver, jugar en hierba teniendo en cuenta que justo después están los Juegos”, explicó.
“Hoy creo que no es una buena idea”, concluyó.
AFP