“¿Por qué nos aburrimos de las mejores cosas de la vida?”, quizás alguna vez te has hecho esta pregunta, o quizás no. Depende de tu capacidad de habituación. Antes de intentar responderla medita sobre esto: ¿Alguna vez has deseado algo con tanta fuerza, lo has conseguido y luego, después de un tiempo, has comenzado a sentir que tal vez quieres otra cosa en su lugar, a pesar de que lo que conseguiste es objetivamente positivo? Tal vez deseabas desesperadamente estar en una relación después de años de estar soltero, y un día te encontraste en la pareja de tus sueños, sintiéndote aburrido y deseando estar con casi cualquier persona que no fuera tu pareja. Con toda probabilidad, no había nada malo contigo ni con tu relación. Simplemente habías hecho lo que tu cerebro ha evolucionado para hacer: habituarse.
Por GQ
“La habituación es un fenómeno por el cual respondemos cada vez menos a las cosas que son constantes o que cambian muy gradualmente”, explica la neurocientífica Tali Sharot. Es el tema de un nuevo libro que coescribió con el autor de Nudge y profesor de la Escuela de Derecho de Harvard, Cass Sunstein, llamado Look Again: The Power of Noticing What Was Always There. En él, describen cómo, a pesar de sus muchos beneficios, la habituación puede hacer que apreciemos menos incluso las cosas más positivas con el tiempo, y exploran cómo esto puede sabotear nuestra felicidad, e incluso causar que arruinemos nuestras vidas.
Para ilustrar cuán eficientemente se adaptan nuestros cerebros, la Dra. Sharot dice que si entras en una panadería que huele fuertemente a pan recién horneado, los estudios muestran que dejarás de detectar el olor en solo 20 minutos. “Tus neuronas olfativas habrán dejado de responder, porque dejan de responder a cosas que no cambian”, dice. Esto es cierto para todas nuestras neuronas, dice: dejan de responder, o responden menos intensamente, a cosas en nuestra vida que son constantes. “Estas podrían ser cosas que nos han traído felicidad en el pasado, como una casa cómoda o una nueva relación”, dice. “Pero también dejamos de responder a cosas que podrían habernos parecido bastante malas al principio; nos adaptamos a ellas”.
En general, la Dra. Sharot dice que la habituación es beneficiosa y que nosotros, junto con todos los animales, evolucionamos esta capacidad por una buena razón. “Ayuda a la supervivencia al garantizar que tengamos más recursos [por ejemplo, neuronas] listos para responder a cosas nuevas”, afirma. “De lo contrario, seguiremos respondiendo a todo. Este es el beneficio adaptativo”.
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