El Congreso aprobó este viernes la reforma pensional del Gobierno Petro con una de las jugaditas más insólitas que se haya visto en la historia reciente del Legislativo y con la ayuda de congresistas conservadores, liberales, verdes y de La U.
Hacia las 5:30 p. m., cuando los colombianos se disponían a salir de sus trabajos y descansar con sus familias para el fin de semana del Día del Padre, a la mesa directiva de la Cámara de Representantes llegó una proposición con unas 20 firmas para dejar de debatir la iniciativa y acoger lo que ya había aprobado el Senado.
Los firmantes en su mayoría eran del Pacto Histórico y congresistas afines al petrismo, como Olga Lucía Velásquez (Alianza Verde), Eduard Sarmiento, María del Mar Pizarro y David Racero (Pacto Histórico), Karen López (curul de paz), Pedro Baracutao, Germán Gómez y Luis Albán (Comunes), Alfredo Ape Cuello (Partido Conservador), entre otros. La ponente de la iniciativa en la Cámara, Martha Alfonso (Alianza Verde), la votó positivamente.
La proposición fue votada y respaldada por 86 congresistas y posteriormente se votó el proyecto de ley, que, a su vez, fue respaldado por 88 representantes. Así, la Cámara decidió aprobar un profundo cambio al sistema pensional del país sin dar la discusión de fondo a pesar de que tenían plazo hasta el 20 de junio. Con esta reforma se crea un nuevo sistema de pilares en el que Colpensiones y los fondos de pensiones se complementan. Además, lleva a una estatización del sistema, pues todos los trabajadores quedarán afiliados a Colpensiones. El mayor riesgo es la sostenibilidad financiera.
Asimismo, a largo plazo, habría impactos para los pensionados del futuro, cuyas mesadas serán más bajas, al tiempo que los afiliados actuales podrán enfrentar riesgos operativos por la debilidad institucional e informática de Colpensiones. Los fondos de pensiones, en todo caso, seguirán con una parte del negocio y obtendrán una jugosa comisión del 0,7 por ciento sobre los ahorros que quedarán a su cargo y que les representarán varios billones de pesos.
Desde la oposición reclamaron que se trató de un pupitrazo limpio. SEMANA conoció que la estrategia del Gobierno Petro no fue improvisada. Estaba pensada desde hace varias horas y decidieron activarla cuando vieron que el proyecto podría enredarse en el artículo de la vigencia, uno de los que más discusión generaba.
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