Domingo Alberto Rangel: El mayor problema

Domingo Alberto Rangel: El mayor problema

Domingo Alberto Rangel @DomingoAlbertoR

A pesar de que no aparecen mencionados como problemas a resolver, en las listas que enumeran políticos en campaña y opinadores en general… son los lugares comunes que se aceptan como verdad bíblica, quienes hacen más daño y colocan más obstáculos en el camino del desarrollo de nuestra sociedad.

Uno es la supuesta riqueza de nuestro territorio que haría palidecer la que tuvieron otros países.

Y no se trata de discutir con idiotas de esos que te dicen “la tierra en Venezuela está llena de riquezas… solo basta agacharse para agarrar”… como diciendo “tú como que eres bobo”.

Si uno escucha los lugares comunes que ruedan en otros países… nos daremos cuenta de que para los habitantes de prácticamente cada país americano… el suyo es el más bello y rico… pero como si el lugar común que inhibe tantas iniciativas… incluyese como corolario denostar del compatriota… sigue el complemento de la idiotez “pero Dios después de repartirnos tantos regalos… puso en esta tierra al venezolano –o chileno, argentino etcétera”.

Este corolario tan tóxico en nuestro caso tiene connotaciones peores por el culto a Bolívar sin ningún tipo de debate. Culto que traducido a asuntos prácticos lleva a que los gobiernos venezolanos y me refiero a todos desde que el petróleo nos bañó en dólares –recuerden que el primer puente binacional entre Venezuela y Colombia fue obsequio del general Juan Vicente Gómez… a pesar de que su construcción beneficiaba más a los vecinos.

Más acá recuerdo que Carlos Andrés Pérez en medio de la locura de un primer gobierno que recibió cuatro veces las divisas de los anteriores… regaló un barco a Bolivia, aviones de guerra al Ecuador y la Orden del Libertador de tanto otorgarla a mucho pillo se devaluó.

De los últimos gobiernos se recuerda que en cada salida al exterior del comandante Chávez… ofrecíamos refinerías y hospitales, escuelas y cuarteles. por fortuna el despelote administrativo impidió que la mayoría de esos regalos no pedidos… quedaran en promesas.

Desde la familia, pasando por los medios y aterrizando en los partidos políticos hace rato que se debería enseñar a amar a Venezuela… no por la supuesta o real riqueza que tenemos… sino porque es nuestro patrimonio… el que en principio debemos trabajar… para superarnos.

Y si esas instituciones tardan en arrancar… cualquier ciudadano convencido debe sostener esta tesis patriótica en cualquier recoveco.

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