Las selecciones de Italia y Croacia apuestan todo este lunes en un juego de virtual “muerte súbita”, debido a que la clasificación de ambas oncenas a la siguiente fase en la Eurocopa estaba firmemente ligada a su papel en la cancha del Leipzig Stadium.
lapatilla.com
El entrenador Zlatko Dalic partió con una alineación titular muy similar a la que ya había utilizado en los primeros dos partidos del Grupo B. Mientras tanto, Luciano Spalletti propuso una formación diferente a las anteriores, en un intento de dar con la llave de la victoria.
El partido arrancó con el marcador (0-0).
Desde el silbatazo inicial Croacia se hizo con el control de la pelota, lo que desembocó en un remate potente del extremo Luka Sucic que Gianluigi Donnarumma tuvo que detener tras estirarse para llegar a la escuadra de su arco. Pese al manejo croata, los trasalpinos mantenían el orden en sus líneas para impedir sorpresas desagradables e intentar tomar mal parada a la defensa rival en un contragolpe.
Al borde del minuto 20 los “azzurri” se envalentonaron por banda izquierda, por donde Riccardo Calafiori logró lanzar un buen centro al área, rematado a medias por Mateo Retegui, incomodado por un defensa central. Un par de jugadas después le quedó otro balón al “19” italiano, de origen argentino, que remató de derecha, trabado por la pierna de Marin Pongracic.
Debido a que la última línea de Croacia pretendía adelantarse, la estrategia italiana era buscar la profundidad de sus atacantes. De esta manera los dirigidos por Spalletti consiguieron un tiro de esquina, cuyo lanzamiento fue repelido justo antes de que recuperara la posesión Nicoló Barella, quien envió un centro justo a la frente de Alessandro Bastoni. Lamentablemente para sus intereses, el cabezazo fue despejado “in extremis” por el meta Dominik Livakovic.
La respuesta de los balcánicos llegó a la media hora de juego, cuando Sucic le dejó un buen balón en raya de fondo a su capitán Luka Modric. Donnarumma interrumpió el centro posterior y el rebote correspondiente no pudo ser controlado por el lateral Josip Stanisic, desdoblado al ataque.
Al minuto 35 Calafiori intentó una pared al borde del área rival, pero el circuito se cortó debido a que Lorenzo Pellegrini tardó en devolverle el balón y tuvo que improvisar un disparo apurado, manejado por Livakovic.
Por su parte, al conjunto ajedrezado no le costaba sostener la posesión de la esférica, pero sus jugadas se diluían en los últimos tres cuartos de cancha, donde sus delanteros no conseguían hacer diferencia y encarar el arco. La primera mitad acabó sin mayores aspavientos a causa del juego espeso entre las dos selecciones, solo conveniente para los deseos de Italia.
En la reanudación del juego, Spalletti sacó a Pellegrini y le dio ingreso a Davide Frattesi, quien a los 50 minutos tocó dentro del área un remate de Andrej Kramaric. Tras la revisión del VAR, el árbitro principal señaló la pena máxima. El ejecutor fue Modric, quien disparó bajo y pegado al poste, pero Donnarumma con una gran mano izquierda alejó el peligro.
Sin embargo, la alegría italiana duró muy poco, debido a que un buen centro a los predios de Donnarumma fue alcanzado por el recién ingresado Ante Budimir. El guardameta trasalpino logró despejar, pero el rebote fue reenganchado a tiempo por Modric, oportuno para redimirse tras la anterior ocasión fallada. El marcador se puso (1-0) al minuto 54 y obligó a Italia a arriesgar más.
Con la entrada de Federico Chiesa y el adelantamiento de sus líneas, la “Azzurra” intentaba cambiar el destino del juego, pero sus ataques acababan en tiros de esquina o en rechaces puntuales de los zagueros croatas. Sin embargo, durante 20 minutos los planes seguían sin funcionar, así que también ingresó a la cancha el ariete Gianluca Scamacca.
En el minuto 86 un buenísimo centro al área chica de Chiesa casi conecta con Scamacca, quien se barrió con todo, pero llegó tarde por décimas de segundo. Con mucho oficio Croacia se sacó de a poco la presión italiana, al punto de generar más peligro que sus rivales. Como muchas veces en el fútbol, cuando Croacia parecía tener en el bolsillo la victoria, se le escabulló en los segundos finales.
Una mala salida croata fue anticipada por Calafiori, quien hizo lo que ningún centrocampista de su selección pudo y abrió una pelota exquisita al extremo Mattia Zaccagni, que le pegó de primera con efecto a la escuadra siniestra de Livakovic. El juego acabó (1-1) en el minuto 98, con un sabor amargo para los balcánicos y agridulce para una Italia poco convincente en su camino a revalidar el título en fase eliminatoria.