Al célebre escritor británico C.S. Lewis, famoso por haber creado el universo literario de Narnia, se le atribuye una frase que describe muy bien lo que para muchos significa la oración.
Por BBC Mundo
“Oro porque no puedo evitarlo, oro porque estoy desconsolado, oro porque la necesidad de hacerlo fluye de mí todo el tiempo, despierto o dormido. (Orar) No cambia a Dios. Me cambia a mí”, dijo el autor en alguna ocasión.
Algo similar siente Hilary, una oyente del programa de ciencia de la BBC Crowdscience, cuando reza sentada sobre un tronco o cuando sale a caminar: “Cuando rezo, siento una conexión con Dios, pero la oración tiene muchas variaciones. Puede ocurrir en la calma de un momento y puede ser sin palabras, y hay veces que puede ser una oración en grupo en la iglesia”.
Pero últimamente, cuando se sienta a orar, una duda se le viene a la mente: “¿Cómo afecta la oración al cerebro y al bienestar mental?”.
El equipo de Crowdscience se dio la tarea de consultar con expertos para tratar de entender lo que ocurre en el cerebro de las personas que rezan y saber si ese mecanismo está necesariamente relacionado con las creencias religiosas, o si tal vez podría estar presente en aquellos que meditan o aquellos que llevan una vida creativa.
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