La clasificación de Portugal a los cuartos de final de la Eurocopa representó una montaña rusa de emociones para Cristiano Ronaldo. Al delantero, de 39 años, le atajaron un penal cuando pudo haber resuelto la serie de octavos de final ante Eslovenia en los 120 minutos. Y en el descanso del alargue rompió en llanto tras levantar la vista y notar a su madre compungida por su fallo. Luego, en la definición desde los 12 pasos, convirtió y le pidió disculpas a la afición. Y saboreó el desahogo gracias a los tres remates atajados por Diogo Costa, el arquero luso.
Pero aquella noche agridulce podría depararle otro dolor de cabeza al delantero del Al Nassr de Arabia Saudita. podría enfrentar una sanción por parte de la UEFA tras la revelación de sus datos biométricos durante el partido de octavos de final de la Eurocopa 2024 entre Portugal y Eslovenia. La compañía Whoop publicó en redes sociales el ritmo cardíaco del atacante en el momento de la tanda de penaltis, lo que según el experto Ricardo Fort podría ser visto como “marketing salvaje” por parte del organismo regulador del fútbol europeo. La información fue publicada por The Sun y RMC Sport.
En una situación similar en 2012, el delantero danés Nicklas Bendtner fue multado con 100.000 euros por la UEFA por mostrar su ropa interior con los colores de una casa de apuestas. Esta medida se debe a que la UEFA ya tiene patrocinadores oficiales y no permite que se asocien otros patrocinadores con sus eventos.
El capitán de la selección portuguesa falló su disparo ante el portero esloveno Jan Oblak. Instantes después, fue durante la tanda de penaltis que Whoop compartió que el ritmo cardíaco del jugador estaba a 100 latidos por minuto, su nivel más bajo del partido; es decir, pese al shock emocional del yerro y de la tensión reinante, no perdió la calma. La divulgación fue lo que no pasó desapercibido por la UEFA.
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