La fascinante y perturbadora historia de Kaspar Hauser, el niño sin pasado

La fascinante y perturbadora historia de Kaspar Hauser, el niño sin pasado

El monumento a Kaspar Hauser fue erigido en 1981 en Ansbach (Baviera) y muestra el “Niño de Europa”. Hauser se presenta superficialmente como una roca (1828). En el fondo, es representado como un noble

 

El 26 de mayo de 1828, en la ciudad alemana de Núremberg, un joven de aspecto desaliñado y paso vacilante apareció como un espectro salido de las sombras. Kaspar Hauser, como se llamaría luego, emergió de la nada frente a la taberna donde el maestro zapatero Beck terminaba su jornada. Aturdido y balbuceando en un dialecto incomprensible, el muchacho llevaba consigo dos cartas, la primera supuestamente escrita por su madre, declarando que había nacido el 30 de abril de 1812 y que su padre, ya fallecido, había sido soldado del sexto regimiento de caballería. La segunda, dirigida al capitán von Wessenig, mencionaba que el chico había sido cuidado en secreto y ahora quería ser soldado. Un análisis grafológico posterior reveló un detalle inquietante: ambas cartas habían sido escritas por la misma mano.

Por: Infobae





En sus primeras semanas, Kaspar fue llevado bajo la custodia del alcalde Andreas Hiltel. Al principio, su comportamiento extraño y su limitada capacidad de comunicación alimentaron todo tipo de teorías y rumores sobre su origen. Cuando finalmente comenzó a hablar, contó una historia que parecía sacada de una pesadilla: dijo haber vivido en una pequeña celda oscura, alimentado solo con pan y agua, con un hombre desconocido que le enseñó a escribir su nombre y a caminar, pero que nunca mostró su rostro.

Este enigmático joven, que parecía haber salido de las profundidades de un cuento gótico, se convirtió en una sensación, un enigma que fascinó y perturbó a partes iguales.

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