El escritor más prolífico del mundo: publicó mil novelas en diez años

El escritor más prolífico del mundo: publicó mil novelas en diez años

Ryoki Inoue. Créditos: Wikipedia

 

Ryoki Inoue, un brasileño con una trayectoria asombrosamente peculiar, ha dejado una pesada huella en el mundo literario. Originalmente cirujano, Inoue cambió el bisturí por la pluma en 1986, embarcándose en una nueva carrera que lo catapultaría a un estatus legendario. Con más de mil novelas a su nombre en una década, su producción literaria es algo totalmente extraordinaria, tanto que le ha valido un lugar en el Libro Guinness de los Récords como el autor más prolífico del mundo. Su historia es un testimonio fascinante de pasión y perseverancia en el arte de escribir.

Por: Muy interesante





De cirujano a escritor

En 1986, Ryoki Inoue dio un giro dramático en su vida: pasó de ser un respetado cirujano a un escritor en ciernes. Sus colegas en el hospital, habituados a verlo en jeans y botas de vaquero, a menudo se burlaban de su apariencia poco convencional y su sueño de escribir sobre el Lejano Oeste. Sin embargo, Inoue no se dejó desalentar. Armado de determinación, escribió su primera novela, “Los Colt de MacLee”, en solo diez días. Cuando envió el manuscrito a una editorial brasileña, su esperanza de ser publicado rápidamente chocó con la realidad: recibió un cheque de 30 dólares y una nota que simplemente decía: “Escriba algo más”. Lejos de desanimarse, esta respuesta inicial no hizo más que avivar su determinación de seguir escribiendo.

El escritor que ‘quema’ los teclados

Ryoki Inoue se transformó en una máquina de escribir literaria, produciendo un libro cada tres días, un ritmo que eventualmente lo situó por encima incluso de Corín Tellado, famosa por su prolífica carrera literaria. Este fenomenal ritmo no era producto de la casualidad, sino de un método de trabajo incesante y un compromiso casi obsesivo con la escritura. Anécdotas sobre su proceso creativo ilustran esta dedicación: escribía capítulos completos en breves escapadas al baño y podía redactar una novela entera mientras esperaba que repararan su camioneta en el taller mecánico.

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