La casa Alivio Padre Pío, ubicada en la carretera Coro- Churuguara, a unos 15 minutos de la capital del estado Falcón, cumplió seis días sin servicio eléctrico, luego de que un rato cayera sobre el transformador ubicado fuera de la vivienda.
Irene Revilla // Corresponsalía lapatilla.com
José Gregorio Lovera García, director de la casa familiar Alivio Padre Pío, dijo que han perdido proteínas, frutas, verduras y hortalizas y desconocen el estado de los electrodomésticos porque no han tenido servicio eléctrico desde entonces. Aunque han llamado a Corpoelec y acudieron tres días después del evento, instalaron un transformador que no funcionó, volvieron a ir un día después y tampoco pudieron resolver; desde entonces esperan que vayan a resolver está grave problemática.
Mientras pasan los días, la comida que tienen almacenada gracias a la donación de empresas e instituciones, se está perdiendo por falta de refrigeración. También está en riesgo la salud de los abuelos que no pueden estar en espacios calurosos o calientes por las condiciones que tiene cada uno, así mismo se han suspendido las actividades de terapia por la misma situación.
Es una institución católica, fundada en 1996 por Monseñor Francisco José Iturriza para estar al servicio de los más pobres y abandonados, sobre todo los adultos mayores. Actualmente, son 10 personas, entre ellos tres voluntarios que también habitan en la casa. “Nuestro servicio es totalmente desinteresado, es una obra social sin fines de lucro y que hacemos todo lo posible por brindarle una mayor calidad de vida a cada uno de nuestros abuelos que recibimos como caso social y ahora como casos especiales que puedan cancelar una cuota mensual a la institución para podernos sostener”, dijo su director.
Por redes sociales, personas aledañas a la comunidad informaron que el caso fue resuelto, situación que desmiente su director y quién ruega que se ayude a buscar una solución para evitar perder lo poco de alimentos que les queda. “Nos encontramos en la situación que se nos han perdido las proteínas que tenemos en la neveras congeladoras, algunos alimentos en las neveras de conservación y como está la situación tan difícil para colaboración de las personas o instituciones”, denunció Lovera García.
El recinto tiene 15 habitaciones, comedor, sala de recreación, una capilla y un consultorio médico. Sin embargo, la crisis humanitaria y compleja que atraviesa el país, las donaciones han mermado muchísimo desde 2017, ya que principalmente eran de empresarios del estado Falcón.
Ante este panorama, pide a la colectividad ayudar con lo que puedan a estos abuelos que están en situación vulnerable y por ello están en la casa. Además de las atenciones necesitan insumos como medicamentos, pañales, productos de aseo personal y una alimentación balanceada.