Robert Carmona-Borjas: Edmundo González Urrutia es el artífice de la transición democrática en Venezuela

Robert Carmona-Borjas: Edmundo González Urrutia es el artífice de la transición democrática en Venezuela

El 28 de julio se avecina, marcando un momento decisivo en la historia política contemporánea de Venezuela. En un ambiente político tenso y lleno de expectativas, Edmundo González Urrutia ha emergido como la figura central de la esperanza de cambio. Sin embargo, su amplio apoyo popular no se debe a una destacada trayectoria política personal o a méritos propios de un liderazgo político, sino a la imposición de circunstancias. María Corina Machado, la líder indiscutible de la oposición, había designado inicialmente a Corina Yoris, pero el régimen también impidió su candidatura, temeroso de la influencia de Machado. Sin otra opción viable, González Urrutia ha sido elegido para representar la visión y liderazgo de Machado, guiando al país en este crucial proceso de transición hacia un nuevo horizonte.

Bajo este panorama, más del 80% de los venezolanos está depositando su esperanza en González Urrutia, porque encarna la voz y la visión de María Corina Machado. Ante la realidad de que menos del 12% de los votantes apoyaría a Nicolás Maduro Moros, según las encuestas más confiables, lo que señala un deseo masivo de cambio y la urgencia de un nuevo liderazgo.

El triunfo de González Urrutia es un hecho, a menos que el régimen recurra a medidas extremas como la suspensión de las elecciones, una postergación indefinida o la consumación del fraude continuado que ha estado desarrollando descarada e impunemente desde mucho antes del inicio del proceso electoral. Esta elección no se trata solo de elegir a un presidente, sino de tomar una decisión trascendental sobre el futuro de Venezuela, con la intención de rescatar el estado de derecho y la democracia, y restaurar un sistema político, económico y social basado en la pluralidad, el respeto y el desarrollo. Las multitudinarias manifestaciones lideradas por María Corina Machado han demostrado que el pueblo desea vivir en una nación donde la libertad, la independencia y la dignidad sean los pilares fundamentales.





Cualquier intento de alterar el proceso electoral, sea mediante la suspensión, postergación o manipulación de los resultados, equivaldría a un golpe de Estado y a una ruptura del orden constitucional. Las consecuencias de tal acto serían graves, especialmente en términos de la reacción de la comunidad internacional.

Edmundo González Urrutia se perfila entonces como el hombre de la transición. Su papel no es el de un político tradicional, sino el de un moderador y organizador que debe guiar al país en este período crítico. Al igual que Adolfo Suárez en la España post-franquista, aunque en un contexto y circunstancias diferentes, González Urrutia debe liderar la reestructuración del Estado, la recomposición de los órganos públicos, y el restablecimiento de la Asamblea Nacional y demás instituciones. Su tarea más importante será convocar, en un plazo no mayor de seis meses, a elecciones verdaderamente libres, donde el pueblo venezolano pueda elegir sin restricciones a su líder legítima, María Corina Machado.

Este proceso de transición debe ser pacífico e inteligente, facilitando el acceso de María Corina Machado a la presidencia de la República lo antes posible. Este es el verdadero deseo del pueblo venezolano, claramente manifestado en su apoyo a González Urrutia, quien es el representante de la voluntad popular que aspira ver a María Corina Machado liderar el país. El chavismo podrá haber inhabilitado oficialmente a María Corina, pero el pueblo la ha habilitado mediante su respaldo a Edmundo González, reconociendo su valor y esfuerzo en este crucial momento histórico.

@CarmonaBorjas