Una frase popular argumenta que “el dinero no compra la felicidad”; sin embargo, al ver las ostentosas fiestas organizadas por los personajes más acaudalados del planeta, no extrañaría cuestionar dicha premisa.
Por Infobae
Este mes, el matrimonio de Anant Ambani, hijo del hombre más rico de Asia, y Radhika Merchant, fue catalogado como “la boda del año” con un coste superior a los 600 millones de dólares en detalles de lujo para agasajar a los novios. No se escatimó detalle alguno, ni siquiera la música, que estuvo a cargo de Justin Bieber, Luis Fonsi y otras estrellas de alto nivel.
Décadas atrás, el propio Michael Jackson, el famoso Rey del pop, también fue parte de una de las fiestas de cumpleaños más costosas de la historia: los cincuenta años del sultán de Brunéi Hassanal Bolkiah.
El controversial monarca, que todavía dirige la pequeña nación en la isla de Borneo, ostenta un patrimonio de 30 mil millones de dólares reportado en 2023. La fuente de tanta extravagancia: la riqueza petrolera de su territorio.
Cuando llegó al medio siglo de vida, en julio de 1996, el sultán organizó dos semanas de festejos en todo el territorio que le costó, según medios, alrededor de 27 millones de dólares.
Dicho presupuesto palidece al considerar las excentricidades de su imperio, como un palacio valorizado en 600 millones de dólares conocido como Istana Nurul Iman. La propiedad tiene el récord Guinness a la residencia palaciega más grande del mundo con un área de 50 acres y 1778 habitaciones.
Una presentación de lujo
En ese entonces, la estrella de la época era Michael Jackson. El cantante ya se había consagrado con exitosos discos en su repertorio, incluyendo Thriller (1982), el álbum más vendido de la historia.
Al llegar los noventa, el genio musical del artista seguía en alza y, con su inolvidable performance en el Super Bowl de 1993, no quedaba duda de su capacidad y magnetismo para conquistar a un público en vivo.
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