Mientras Edmundo González une a la población, Nicolás Maduro aviva la confrontación entre los venezolanos

Mientras Edmundo González une a la población, Nicolás Maduro aviva la confrontación entre los venezolanos

 

 

 

Nicolás Maduro lanzó nuevas acusaciones contra la oposición venezolana, avivando el discurso de confrontación y polarización a pocos días de las elecciones presidenciales.

Por lapatilla.com

En medio de su campaña electoral y esta vez desde Trujillo, Maduro se dedicó a ofender y a descalificar al liderazgo opositor, pues al parecer, es la única manera que conoce para hacer proselitismo político.

“Conozco muy bien a los apellidos sangre azul, sé cómo desprecian al pueblo de pie,” afirmó Maduro. “El próximo domingo se decide si volvemos al pasado oscuro o vamos al futuro brillante. ¿Ustedes quieren que en Venezuela venga una guerra civil? ¿Quieren que vuelvan las guarimbas en Trujillo? ¿Cuánto sufrieron ustedes en las guarimbas? ¿Cuánta gente asesinaron en las guarimbas? Ellos son la violencia, el odio, el fascismo, la extrema derecha. ¿Eso es lo que quiere Venezuela?”

Maduro, fiel a su estilo combativo, no escatimó en epítetos para describir a sus adversarios políticos, reforzando la narrativa de que la oposición es sinónimo de violencia y caos. “Yo soy un hombre formado en la lucha de la izquierda revolucionaria, nací en Caracas y conozco muy bien a los apellidos sangre azul, sé cómo desprecian al pueblo de pie, sé cómo desprecian a las mujeres. Desde niño los he enfrentado, así que oligarquía fascista no te tengo miedo”, dijo, arremetiendo contra la oposición venezolana.

Maduro también aprovechó la oportunidad para presentarse como un líder independiente y libre de influencias externas. “No tengo diabla ni demonia que me manden, no soy monigote de nadie, no le debo nada a nadie en esta vida, soy un presidente independiente, libre y soberano”, agregó, en un intento de desmarcarse de las acusaciones de autoritarismo y dependencia de potencias extranjeras que han marcado su gestión.

Las declaraciones de Maduro contrastan con la cruda realidad que vive Venezuela, un país sumido en una crisis económica y social sin precedentes. Las acusaciones de Maduro no solo avivan la división entre los venezolanos, sino que desvían la atención de los problemas urgentes que enfrenta la nación, como la escasez de alimentos y medicinas, la hiperinflación y la emigración masiva.

Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, el discurso de Maduro refleja la desesperación de un líder que busca aferrarse al poder a toda costa, utilizando la retórica del miedo y la confrontación como herramientas principales.

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