El Partido Demócrata sigue apretando el acelerador para consolidar la candidatura de Kamala Harris. No se trata solo de las adhesiones inquebrantables a la nueva candidata sino, también, del establecimiento de procedimientos para que su posición de aspirante a la Casa Blanca quede totalmente atada lo antes posible.
Por El Mundo
Así, el Comité de Reglas del partido, que tiene un tremendo poder dentro de la organización (fue el que decidió una serie de normas que dieron la nominación a la presidencia a Barack Obama en detrimento de Hillary Clinton en 2008) ha establecido un nuevo calendario para que Harris sea nombrada oficialmente candidata a la jefatura del Estado y del Gobierno.
Las decisiones del Comité son tres. La primera hace casi imposible que nadie pueda desafiar la candidatura de Harris. La segunda adelanta la nominación de ésta, para que así la Convención sea una especie de ‘coronación’ y una ceremonia de la unidad en la que Joe Biden será homenajeado en la entrega del testigo a su vicepresidenta. La tercera da una libertad casi absoluta al nominado —o sea, a Harris— para nombrar candidato a vicepresidente.
Para ello, el Comité, actuando como una ‘correa se transmisión’ de los ‘pesos pesados’ del partido, ha adelantado en tres días —del 30 al 27 de julio— el plazo límite para la presentación de candidaturas a la presidencia. Eso implica que el sábado a las 6 de la tarde, hora de Washington (medianoche hora peninsular española) quien quiera disputar el cargo a Harris deberá haber formalizado su candidatura.
Es un plazo ridículamente corto, que, además, se suma al adelantamiento de la fecha tope para la presentación de avales para la candidatura. Quien se presente contra Harris tendrá hasta el día 30 —el martes— para lograr la firma de 300 delegados (de los que además solo un máximo de 50 pueden ser del mismo estado) con los que ratificar su decisión de entrar en la campaña.
A continuación, llegará una votación virtual de los delegados para oficializar la candidatura de Harris. Ésta se producirá el 1 de agosto, si solo ella es la candidata, o el 7, si hay más aspirantes. No hay ninguna necesidad de un voto telemático, un procedimiento que se utilizó en 2020 por las restricciones causadas por el Covid-19. La razón obvia es que Harris llegue a la Convención Demócrata que arranca el día 19 como ‘lideresa’ consolidada. Incluso aunque el voto online fuera el 7, haría falta un milagro para que un eventual rival de la vicepresidenta pudiera hacer la más mínima campaña con la que convencer a algún delegado.
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