Esta semana tomó protagonismo la presencia de una superbacteria que habita entre los 9 astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI), situación que inmediatamente generó preocupación mundial por la salud de estos tripulantes que viven a 400 kilómetros de la Tierra.
Víctor Ingrassia
La noticia la confirmó un equipo de investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA.
Se trata de la superbacteria Enterobacter bugandensis, conocida por su resistencia a los antibióticos y que puso en a la comunidad científica y a los expertos de varias agencias espaciales como la NASA, ESA (Europa) y Roscosmos (Rusia), porque sus astronautas podrían estar en peligro en un entorno cerrado y aislado como es el del espacio.
Según publicó la NASA, el investigador principal, el Dr. Kasthuri Venkateswaran, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés), estudió las distintas cepas de la especie bacteriana Enterobacter bugandensis aisladas de la Estación Espacial Internacional y llegó a una conclusión preocupante.
“Se aislaron 13 cepas de E. bugandensis, una bacteria conocida por ser resistente a múltiples fármacos. Los hallazgos del estudio indican que, bajo estrés, las cepas aisladas de la EEI sufrieron mutaciones y se volvieron genética y funcionalmente distintas en comparación con sus contrapartes terrestres. Las cepas pudieron persistir de manera viable en la EEI a lo largo del tiempo con una abundancia significativa. E. bugandensis coexistió con muchos otros microorganismos y, en algunos casos, podría haber ayudado a esos organismos a sobrevivir”, precisó la Agencia Espacial de EEUU.
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