Julio Borges: Los tres pasos a seguir en Venezuela para recuperar la democracia

Julio Borges: Los tres pasos a seguir en Venezuela para recuperar la democracia

Este 7 de julio, publiqué en El Debate una columna de opinión que mostraba todos los números que nuestras encuestas proyectaban para la elección de Venezuela el pasado domingo.

Por eldebate.com





A algunos les pareció exagerada la proyección y los porcentajes que planteaban estas encuestas. En ellas se veía claramente que Edmundo González y María Corina Machado tenían una ventaja de 21 puntos porcentuales sobre el dictador Maduro, y que casi un 70% de los venezolanos quiere un camino distinto al que representa Nicolás Maduro.

Pues bien, el 28 de julio llegó la hora de la verdad literalmente hablando, porque ese día, que aun no han cerrado todos los venezolanos, se expresó una verdad aún más fuerte: la diferencia entre el candidato Edmundo González y María Corina Machado versus el dictador Nicolás Maduro es de 40 puntos porcentuales.

El mismo domingo comenzó a circular a finales de la tarde, una encuesta a boca de urna o exit poll realizada por una de las empresas más prestigiosas del mundo, Edison Research. Esta firma ha trabajado en más de sesenta y seis países y su especialidad es hacer investigación política en entornos totalmente hostiles.

Pues bien, los números de Edison Research corresponden exactamente a los números que, al momento de escribir estas líneas, tenemos en nuestras manos y que le dan a Edmundo una victoria avasallante.

¿Qué aconteció el 28 de Julio? El plan del dictador Maduro ha consistido en impedir nuestro acceso a las 30.026 actas de los más de 15.797 centros de votación. Sin embargo, gracias a la organización popular y política más el liderazgo de Edmundo González y María Corina Machado, hemos logrado recuperar el 70 % de las actas que Maduro intentó esconder al pueblo venezolano y al mundo. Con ese 70 % de las actas, el resultado es el siguiente: Edmundo González 6,275,182 votos, mientras el dictador tiene 2,759,256 votos.

De este modo, lo que quiero transmitir es que las matemáticas del 28 de julio en las elecciones venezolanas son incontrovertibles. El fraude que Maduro ha hecho es tan burdo que, en menos de doce horas, obligó a que lo proclamaran como el ganador de la elección, aún sin haber terminado de dar los datos falsos que leyó el presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, quien es amigo personal y cómplice de Maduro desde hace muchos años.

Pero la pregunta importante para nuestros lectores es: ¿qué viene ahora? La lucha en este momento está enmarcada en la interacción de tres elementos. En primer lugar, luchar para completar el 100 por ciento de las actas; la dictadura debe hacer públicos los resultados, como lo ha pedido toda la comunidad internacional, incluso sus propios observadores internacionales.

Movilización popular

En segundo lugar, iniciar, como han anunciado María Corina Machado y Edmundo González, una enorme movilización popular a favor de la transición democrática venezolana. Nuestro pueblo está tan harto de la dictadura que, en las últimas horas, ha salido a protestar y a destruir las estatuas de Hugo Chávez, como suele pasar con los dictadores ególatras.

Y, en tercer lugar, es fundamental que la denuncia y el apoyo internacional, que hasta ahora ha exigido poder auditar todas las actas que Maduro esconde, además de construir amenazas creíbles de mayor presión sobre Maduro y su círculo de poder.
Lograr la sinergia de estos tres elementos es fundamental para cerrar el ciclo del 28 de julio y abrir una transición democrática en Venezuela.

No exagero al decir que un cambio democrático en Venezuela representa la caída del Muro de Berlín en América Latina. El efecto dominó que traería nuestra transición se vería inmediatamente impactado en Cuba y Nicaragua y, lo más importante, es que veremos cómo se comienza a cerrar la puerta de entrada de intereses antioccidentales y antidemocráticos en toda la región. Rusia, China, Irán, Corea del Norte y hasta los talibanes de Afganistán están tejiendo relaciones con los tres totalitarismos de Sudamérica.

En ello, Venezuela juega un papel geopolítico fundamental. Recordemos que Venezuela tiene la cuarta parte de las reservas petroleras mundiales y las octavas reservas mundiales en gas, por lo que la permanencia de Maduro en el poder implicará campo abierto para esta agenda antioccidental en el corazón de América, sumado a la tragedia humanitaria, la migración masiva y la multiplicación del crimen organizado promovido desde la dictadura de Nicolás Maduro.

Este es un problema de horas, no es un problema de días. Por eso, elevamos nuestra voz desde esta ventana en El Debate para que los distintos países en Europa y en América ayuden con más fuerza a presionar a la dictadura de Nicolás Maduro y hacer valer el voto soberano de más de treinta millones de venezolanos que siguen luchando y aguardan el apoyo decidido de todos ustedes.