En el tranquilo pueblo de Merrillville, Indiana, Kelly M. Cochran y su esposo Jason escondían un oscuro secreto que sellaría sus destinos y los de quienes se cruzaran en su camino. La relación tóxica de esta pareja se enredó en una promesa macabra: un pacto de sangre que dictaba que si uno de ellos tenía una aventura, el otro debía asesinar al amante. Este pacto, lejos de ser una mera fantasía perversa, se tornó realidad con consecuencias mortales, llevando a una serie de crímenes que dejaron a las autoridades perplejas y a la comunidad horrorizada.
Por infobae.com
Chris Regan, un veterano de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, se convirtió en la primera víctima conocida de este siniestro acuerdo. Regan, residente de Iron River, desapareció misteriosamente en 2014. Su novia, Terri O’Donnell, reportó su desaparición tras diez días sin noticias de él. Las primeras pistas sobre su paradero llevaron a un descubrimiento perturbador: su coche abandonado cerca de una mina, con una nota en su interior que contenía las direcciones de la casa de los Cochran. Lo que parecía una simple desaparición se transformó en un caso de asesinato cuando la policía desentrañó los detalles oscuros del crimen.
Kelly Cochran, con una frialdad escalofriante, confesó durante los interrogatorios cómo había atraído a Regan a su casa con la promesa de sexo. Una vez allí, Jason lo asesinó de un disparo en la cabeza. La pareja, luego, desmembró el cuerpo de Regan y dispersó sus restos en un bosque cercano. La confesión de Kelly no solo selló su destino judicial, sino que también reveló la profundidad de la depravación en la que estaba envuelta junto a su esposo.
El juicio de Kelly Cochran en 2017 reveló detalles espeluznantes de su participación en el asesinato de Regan, incluyendo cómo desmembraron su cuerpo. Fue condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La desaparición de Chris Regan y las inconsistencias en las declaraciones de los Cochran levantaron las primeras sospechas de la policía. La sargento Cindy Barrette, del Departamento de Policía de Iron River, describió a Kelly como “amistosa y extrovertida” durante las primeras entrevistas, en contraste con el comportamiento frío y distante de Jason. Este contraste solo aumentó las sospechas de los investigadores, quienes continuaron profundizando en el caso hasta descubrir la horrenda verdad. La minuciosa investigación culminó en el arresto de Kelly y la revelación de una serie de detalles macabros que arrojaron luz sobre el verdadero alcance de sus crímenes.
La historia no termina aquí. Kelly, agobiada por la culpa y resentida hacia Jason por haberla “forzado” -según su propia delcaración- a cumplir su pacto, decidió vengarse. Jason fue encontrado muerto, inicialmente se pensó que había fallecido por sobredosis. Pero la verdad era mucho más siniestra: Kelly había asfixiado a su esposo con una almohada después de administrarle una dosis letal de heroína.
Lo más aterrador de todo es la posibilidad de que Kelly Cochran no haya actuado solo dos veces. Durante los interrogatorios, surgieron indicios de que podría haber más víctimas, enterradas en diferentes estados del país. Amigos y familiares de Kelly han expresado sus creencias sobre la existencia de otras víctimas, mencionando que Kelly y Jason podrían haber utilizado sus viajes para llevar a cabo más asesinatos. La policía sigue investigando estas declaraciones, intentando descubrir si hay más casos de desapariciones y muertes inexplicables vinculados a la pareja.
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