El “culebrón” de la primera prueba con tripulación a bordo de la Starliner, la nave de Boeing destinada a llevar a los astronautas de la NASA a la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés), continúa. Si bien las últimas pruebas realizadas en el espacio a la sonda, atracada en la ISS desde el pasado 6 de junio, son esperanzadoras, aún no hay fecha para que los pilotos de pruebas Suni Williams y Butch Wilmore vuelvan a casa. De momento, su viaje programado en un principio para 10 días se está alargando a dos meses e incluso podría llegar a septiembre, si bien Boeing, compañía responsable de Starliner, asegura que «existen oportunidades disponibles durante todo agosto».
Por ABC
Sin embargo, la NASA se muestra mucho más cautelosa. En un comunicado emitido este martes explica que, efectivamente, la prueba del encendido de los 27 de los 28 propulsores de Starliner (uno ya se ha descartado definitivamente para el aterrizaje) se completó el pasado fin de semana y que todos ellos “volvieron a los niveles previos al vuelo según el empuje y la presión de la cámara”-algunos propulsores experimentaron una falta de fuerza durante el atraque en la ISS, tal y como reconocieron públicamente Williams y Wilmore en rueda de prensa-.
La agencia espacial estadounidense indica que “los equipos están revisando los datos”, incluidas otras pruebas paralelas hechas con motores similares en la Tierra, y que después de todo ese análisis “la NASA y Boeing seleccionarán una fecha de regreso”, sin dar más información. Sin embargo, Crew-9, la novena misión de SpaceX a la ISS, está programada para despegar a partir del 18 de agosto, y Starliner “debería estar de vuelta para entonces”, han afirmado responsables de la NASA.
Problemas desde antes del despegue
Los contratiempos con la Starliner comenzaron ya antes del despegue, La nave solo había volado en dos ocasiones antes: una de 2019 (con fatal desenlace, pues el sistema de navegación puso un rumbo diferente al planeado, y nunca llegó a la ISS, su destino final) y en 2022 (en esta prueba sí llegó a la ISS, si bien se registraron algunos problemas en la reentrada), ambos viajes sin tripulación.
Por fin, el pasado 6 de mayo se agendó el lanzamiento desde las instalaciones del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida. Sin embargo, dos horas antes de comenzar el esperado ascenso, este se canceló debido a un fallo en la válvula de escape de oxígeno del cohete Atlas V. Cuando se revisaba este problema, se encontró un segundo: una fuga de helio, esta vez en la nave, retrasó un mes el despegue.
Finalmente, el 6 de junio se elevaba la Starliner desde Florida, con destino a la ISS. Pero ya en el espacio empezó a revelar nuevos contratiempos: desde que alcanzó la órbita terrestre, la tripulación detectó otras dos fugas de helio. Después de esto, Williams y Wilmore se enfrentaron al fallo de motores que provocó que tuvieran que atracar a la segunda en la ISS.
Los astronautas llevan desde entonces realizando distintas pruebas en la Starliner, si bien tanto desde Boeing como de la NASA aseguran que la nave está “estable y preparada para abandonar la ISS en caso de emergencia”, ya que las fugas se han estabilizado y podría amerizar sin el propulsor fuera de servicio y algunos otros que mostraron problemas, y que los astronautas “no están varados”.
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