“Ni cacerolear pueden”: Las historias de resistencia de los venezolanos en Uruguay y el miedo por sus familias

“Ni cacerolear pueden”: Las historias de resistencia de los venezolanos en Uruguay y el miedo por sus familias

Foto: Meri Parrado/EFE

 

Siete años atrás, mucho antes de manejar un taxi en Montevideo, el abogado Wilfranck Antonio Marcano había iniciado una carrera política en Venezuela que lo llevó a ser señalado como un enemigo del gobierno de Nicolás Maduro, y lo convirtió en un blanco del Servicio Bolivariano de Inteligencia, que lo persiguió hasta lograr su salida del país.

Por: El País





Era 2017: el año del caos. El régimen chavista atravesaba su pico más oscuro, según recuerdan los venezolanos que emigraron en aquel momento. En medio de una brutal crisis económica y política, como una respuesta a las protestas de la población por alimentos y medicinas, Maduro convocó a una Asamblea Nacional Constituyente de conformación “chavista” para así sofocar a la Asamblea General, controlada por la oposición.

En ese mar negro estaba sumergido Wilfranck Antonio, que trabajaba para la Asamblea General. Renunció. Y salió a las calles a manifestarse. Lo hizo hasta que una patrulla —blanca, sin matrícula ni identificación— comenzó a hacer guardia en la puerta de su casa. Dentro del auto, dos personas encapuchadas vigilaban sus movimientos. Wilfranck Antonio tenía entonces 21 años de edad; vivía con sus padres y una hermana menor, y por la seguridad de todos decidió marcharse. Pidió resguardo a otros familiares —algunos, incluso, funcionarios del régimen— y a amigos.

Pero no fue suficiente.

—Cada vez me investigaban más y eso me obligaba a moverme a círculos más lejanos. A mi familia dejé de verla. Luego, abandoné a mis amigos. Después a los compañeros del partido y a los del trabajo —cuenta.

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