Ciudadanos en la ciudad de Maturín estado Monagas salieron masivamente a la concentración que de manera simultánea se realizó en más de 300 ciudades del mundo. Aunque en un punto diferente al convocado originalmente luego que la plaza El Indio amaneciera militarizada, las personas manifestaron pacíficamente entre la avenida Libertador y El Ejército.
Corresponsalía lapatilla.com
Los manifestantes recalcaron que pese a la intimidación del gobierno al desplegar un importante número de efectivos de seguridad, aplicaron el llamado “plan b” cambiando a última hora el lugar de concentración, resaltando la forma de vencer el miedo.
Lisbeth Bello quien es docente jubilada con 30 años de servicio, expresó su orgullo por las personas que a su juicio, “vencieron el miedo y el amedrentamiento” que quiso imponer el gobierno.
“El 28 de julio los venezolanos decidimos por un cambio, se mostraron las pruebas de que ganamos ampliamente y lo que le estamos pidiendo al señor Nicolás Maduro es que nos deje en paz, queremos una Venezuela libre. Hemos vivido momentos difíciles y sin embargo, estamos aquí defendiendo nuestro talante democrático y la voluntad del pueblo soberano quien a través de las urnas se ha expresado”, indicó Bello.
En este sentido, agregó que la lucha de los venezolanos “es superior al miedo y se pudo comprobar con la manifestación de hoy”. Señaló que la fuerza de voluntad para seguir luchando se la dan sus nietos cuando la llaman del extranjero, pues su hijo hace varios años tuvo que migrar.
Por su parte, el exgobernador de Monagas, Guillermo Call, indicó que al igual que todos los venezolanos, los monaguenses respaldan un acto constitucional, fundamental para la democracia en el que eligió a Edmundo González Urrutia, como nuevo presidente. Emplazó al gobierno a dar paso a la voluntad popular del pueblo que es la de un cambio de gobierno por el bienestar de un país.
Se refirió a las últimas detenciones que se han registrado en Venezuela y las calificó como una soberbia de un gobierno que perdió el apoyo de la mayoría del pueblo que se cansó de un estilo ideológico.
“La libertad es el eje fundamental de la democracia y por lo tanto, el hecho de meter preso a alguien piense distinto y violar los derechos humanos, es un hecho antidemocrático. El venezolano tiene una gran capacidad de aguante, nosotros no somos gente violenta, somos gente de paz, pero tenemos límites”, puntualizó el exgobernador.
