La peligrosa escena de Kill Bill que quebró para siempre la relación entre Quentin Tarantino y Uma Thurman

La peligrosa escena de Kill Bill que quebró para siempre la relación entre Quentin Tarantino y Uma Thurman

La confianza de Uma Thurman en Quentin Tarantino se fracturó después del accidente en Kill Bill

 

 

 





Corría el año 2003 y en Hollywood se empezaba a gestar una de las películas más reconocidas de la década: Kill Bill. Quentin Tarantino, el aclamado director conocido por su estilo visual único y su diálogo afilado, se encontraba en la cúspide de su carrera.

Juan Manuel Godoy

A su lado, su musa indiscutible, Uma Thurman, se preparaba para dar vida a Beatrix Kiddo, un personaje destinado a convertirse en un símbolo de venganza y poder femenino. Pero detrás de las cámaras, el rodaje estuvo marcado por un incidente que dejó a Thurman con secuelas físicas y emocionales que aún la persiguen.

Desde que se conocieron en 1992 durante el Festival de Sundance, la relación entre Tarantino y Thurman fue especial. No era solo una simple conexión profesional; había una química que trascendía el set. La actriz, en ese entonces de 23 años, se convirtió rápidamente en la musa del director. Pulp Fiction, la película que catapultó a ambos al estrellato, fue solo el comienzo de una colaboración que prometía ser legendaria.

Sin embargo, esa relación especial tuvo un precio alto. En el set de Kill Bill: Volumen 2, Uma Thurman estuvo a punto de perder la vida en un accidente que pudo haberse evitado. Tarantino, conocido por su meticulosidad y por exigir lo mejor de sus actores, tomó una decisión que marcaría un antes y un después en su amistad con Thurman.

La escena que cambió todo

El sol comenzaba a ocultarse en un paraje desierto de México cuando Tarantino insistió en que Thurman debía realizar una escena de conducción peligrosa por sí misma. A pesar de que la actriz expresó su miedo y pidió que se utilizara una doble de riesgo, Tarantino se negó. Quería capturar el movimiento del cabello de Thurman al viento mientras conducía un Karmann Ghia descapotable a través de un camino serpenteante.

“Te prometo que el auto está bien, es un vehículo seguro”, insistió Tarantino, según relató Thurman en una entrevista con el New York Times. La confianza que la actriz había depositado en su director durante años la llevó a aceptar, a pesar de su intuición de que algo podría salir mal.

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