En forma destemplada, rompiendo la tradición y las buenas prácticas del mercado de capitales, el presidente de la longeva Bolsa de Valores de Caracas, toma partido en la grave crisis política que atraviesa el país.
Por Por Elsa Muro / lapatilla.com
No hay víscera más sensible que el bolsillo del inversionista.
El flamante presidente de la Bolsa, que siempre es motivo de polémica, toma partido en un tema que por razones obvias debe escapar de la agenda comunicacional del conductor de las instituciones claves del mercado de valores: Bolsa y Caja de Valores.
De acuerdo a las redes sociales Horacio Velutini expresó:
“El presidente de la Bolsa de Valores de Caracas, Horacio Velutini Sosa aseguró que la oposición no ofrece estabilidad al sector empresarial ni la eliminación de sanciones.”Existe un dilema porque la oposición no está ofreciendo estabilidad ni la eliminación de sanciones en estos tiempos de crisis política. El sector empresarial venezolano busca estabilidad y no más sanciones“, puntualizó.
Vía: @FT
El señor presidente de la Bolsa actúa como vocero calificado del oficialismo, pareciera asumir la vocería de las empresas que cotizan y se encuentran registradas de acuerdo a la Ley de Mercado de Valores. ¿Qué piensan la empresas emisoras, los corredores, las casas de bolsa, las organizaciones internacionales a las que pertenece la Bolsa de Valores y la Caja de Valores, las empresas de valoración de riesgo?
¿Comparten el criterio de este partisano?
Las gran mayoría de los empresarios pueden ser bolsistas pero no bolsas para desconocer que una sanción de la OFAC pueda extenderse al Sr. Velutini, o pique y se extienda arrastrando a la instituciones, que él preside, y la cual es accionista de otras, que forman parte del mercado de valores.
Que se complique la situación de “compliance” con las operaciones de los venezolanos por efectos de la GAFI, que coloca a Venezuela como país con debilidad institucional para frenar el financiamiento al terrorismo y el lavado de dinero, es una tarea que convoca a todos para ser sacados de este nada prestigioso listado. Cualquier bolsería que se haga o diga, complican las cosas.
Su posición de abierta empatía con el oficialismo debería ser personalísima, íntima y de acuerdo a sus patrones morales, pero nunca oficial, o por lo menos, que se perciban como manifestación expresa de las instituciones que representa, en virtud que corre el riesgo de inducir a los accionistas a ser adherentes de su opinión, o por lo menos de silentes suscriptores de las mismas.
La mayoría de los empresarios que participan en la bolsa, es decir, que son bolsistas inversores o emisores, como el resto de quienes pertenecen al sector productivo del país, no son tan tontos para pensar que la inestabilidad de la economía del país, la inseguridad jurídica, el atropello a la libertad económica y el desconocimiento la propiedad son producto de las sanciones OFAC. Éstas complican la situación, pero no es la causa.
Los empresarios quieren, respetan y les duele la Bolsa de Valores de Caracas, la Agrícola y las instituciones del mercado bursátil.
Somos bolsistas, inversionistas y usuarios, pero no bolsas para sumir la agenda privada de los intereses de algunos bolsistas, afortunadamente una minoría.