La propuesta del presidente de Bolivia, Luis Arce, de definir en un referendo temas como la reelección presidencial y la continuidad o no de los subsidios de los combustibles en el país ha generado más dudas que certezas sobre las repercusiones de esa iniciativa en la política y la economía nacional si se concreta.
El gobernante envió la semana pasada al órgano electoral cuatro preguntas sobre estos asuntos y la redistribución de los escaños parlamentarios en función de los resultados del reciente censo de población y vivienda.
Ese organismo desestimó el interrogante sobre los escaños y pidió ajustar las referidas a los otros temas con criterios de “claridad, precisión e imparcialidad”, ante lo cual el Ejecutivo envió una nueva propuesta, a la espera además de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la legalidad de las preguntas.
La iniciativa ha sido criticada por opositores, el exmandatario y líder del oficialismo Evo Morales (2006-2019) y por expertos de distintas áreas que consideran que es inconstitucional porque busca saltarse el control del Legislativo, donde el presidente no tiene respaldo suficiente para que prospere.
Pero además consideran que la consulta sobre la reelección se enmarca en su disputa con Morales y la de los combustibles no resolverá la crisis económica del país.
Lo político
La analista política Erika Brockmann dijo a EFE que Arce lanzó su iniciativa en un momento en que su Gobierno “está profundamente débil” para tomar “oxígeno” y “poder sobrevivir” hasta 2025, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales.
Brockmann consideró que la propuesta de Arce es “improvisada y desesperada, políticamente hábil para la circunstancia que está viviendo el Gobierno, pero de corta duración en términos de sus efectos”.
Para la experta, la disputa interna en el oficialismo “tiene un impacto ordenador y desordenador de la política”, con “efectos tóxicos en todas las instituciones” y consideró que el referendo “es para cerrar definitivamente el paso a la posible reelección” de Morales.
“Lo ideal sería que si queremos hacer una reforma se haga un debate profundo sobre si queremos reelección (…) porque la cultura política en Bolivia está demostrando que el concepto de reelección es asumido de una manera muy discrecional y abusiva por quienes aspiran o detentan el poder”, opinó.
Según Brockmann, Bolivia vive “una transición política del post evismo muy compleja” y consideró que si la reelección es rechazada, habrá resistencia desde el “bloque de poder evista” conformado sobre todo por los cocaleros del centro del país que, aunque ya no es “hegemónico” como antes, tiene capacidad para bloquear la principal carretera boliviana.
Esto puede “afectar seriamente” a la gobernabilidad durante el proceso electoral, agregó.
También está la duda de si los resultados se respetarán o no, teniendo en cuenta que “la voz del pueblo ya fue desoída en 2016”, cuando una consulta negó a Morales la reelección, pero pudo postularse igualmente en 2019 recurriendo al Constitucional.
Lo económico
La consulta sobre la eliminación o no de los subsidios internos de la gasolina y el diésel, que mantienen bajos los precios desde hace 19 años en el país, busca resolver sus efectos negativos en la economía nacional, entre los que las autoridades incluyen la escasez de dólares persistente desde 2023.
El analista económico Gonzalo Chávez dijo a EFE que “claramente es una jugada de orden político” y una “sobresimplificación” que “no incorpora la complejidad económica, técnica y circunstancial” del tema de la subvención.
“Lamentablemente como frente a este problema tenemos un candidato y no un estadista, el candidato está midiendo” sus posibilidades electorales, opinó.
Arce aún no ha anunciado si buscará la reelección en 2025, pero sus sectores leales ya hablan de su candidatura.
Para Chávez, un eventual retiro de la subvención no resolverá los problemas económicos porque esto es apenas “una partecita” del déficit fiscal, que es “mucho más grande” y comprende aspectos como el “exceso” del gasto público, el más de medio millón de funcionarios estatales o el funcionamiento de empresas estatales “ineficientes”.
Además cuestionó el argumento gubernamental de que el ahorro que se genere al retirar los subsidios se destinará a la inversión pública, porque eso supone mantener el gasto.
A su juicio, cualquiera fuera el resultado de la consulta, siempre habrá sectores disconformes, por lo que un referendo “simplemente es posponer los problemas”.
También consideró que “el Gobierno no quiere aceptar” que la falta de dólares y el déficit público son “un síntoma” de que el modelo económico de Arce, que da protagonismo al Estado, “ya está agotado estructuralmente”.
Chávez sugirió un “desarme parcial” y “gradual” de los subsidios, con una “reforma estructural” con medidas como recortar el gasto público, fomentar las exportaciones y flexibilizar el tipo de cambio, entre otras.
EFE