Aunque el número sigue siendo alto, el Servicio Nacional de Migración de Panamá informó sobre la disminución del flujo migratorio en la selva del Darién, una de las rutas utilizadas por la migración irregular que intenta llegar a Estados Unidos
El ente señala que personas siguen atravesando esta selva que comunica Colombia con Panamá pero los reportes oficiales informan de una disminución de 110,056 personas en comparación con el mismo periodo (enero- 09 septiembre ) de 2023.
Durante los primeros nueve meses del pasado año las autoridades panameñas registraron mediante el operativo controlado de migración unas 354,299 migrantes que cumplieron la ruta del Darién desde Colombia, hasta Panamá. En comparación la cifra se redujo alrededor de un 31%.
“La mayoría de los migrantes son originarios de Venezuela, Ecuador, Colombia y China”, señala Migración Panamá. Algunas ONG han alertado del crecimiento de la migración irregular desde la Isla de San Andrés en Colombia hacia Nicaragua, desde donde parten en las caravanas centroamericanas para EEUU.
Asimismo, el texto de la organización migratoria de Panamá señala que la reducción de las estadísticas se debe en parte a la Operación Flujo Controlado de Migrantes irregulares.
Tan solo en los primeros nueve días de septiembre utilizaron la ruta 6,058 personas, un promedio relativamente menor en comparación con igual periodo del año anterior. En Panamá se mantienen atentos a un mayor control para que las personas que sigan su camino hacia el norte, lleven un cierto control de antecedentes penales.
La crisis migratoria en la región es una realidad motivada por las condiciones económicas y sociales de los países emisores, especialmente en Venezuela, donde sus nacionales suponen un flujo constante motivado por el accionar del gobierno chavista y más después de lo ocurrido con la elección presidencial, que deja sin esperanzas a muchos venezolanos.
El nuevo gobierno panameño ha aplicado varias medidas para frenar el flujo migratorio por el Darién al considerarlo una crisis humanitaria, pero también de seguridad.
Entre ellas está la instalación de “barreras perimetrales” (vallas de alambre con púas) en unos 4,7 kilómetros en el Darién, donde había al menos cinco pasos no autorizados o trochas, para “canalizar” el flujo de los migrantes a través de un “corredor humanitario” y controles biométricos.
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