Según cifras de Human Rights Watch, en el último año, más de medio millón de personas han cruzado el tapón del Darién, una peligrosa selva pantanosa en la frontera entre Colombia y Panamá.
Por: BluRadio
Migrantes de diversas nacionalidades, como venezolanos, haitianos y ecuatorianos, se ven expuestos a abusos por parte de grupos criminales, incluidos actos de violencia sexual, y reciben escasa protección o ayuda humanitaria.
Juanita Goebertus, directora para América Latina de esta organización, aseguró que han evidenciado historias desgarradoras de mujeres que cruzan la selva portando la píldora del día después por temor a ser violadas.
“Hemos entrevistado a más de 300 personas, incluidos migrantes, y estuvimos con organizaciones humanitarias en Necoclí, donde constatamos que algunas de estas organizaciones tienen disponible la píldora del día después para las mujeres que deseen llevarla. A través de estas entrevistas, pudimos ver la violencia sexual que enfrentan las mujeres durante el cruce entre Colombia y Panamá”, señaló Goebertus.
“Esta situación ha llevado a muchas a tomar la decisión de portar la píldora como medida preventiva. Es una realidad atroz a la que se enfrentan, y lo más preocupante es que ni Colombia ni Panamá están tomando medidas para prevenir estos abusos, ni mucho menos para investigarlos, juzgarlos o sancionarlos. En nuestra experiencia global, nunca habíamos visto este fenómeno en otros contextos de migración masiva”, añadió.
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