Un raro collar de diamantes del siglo XVIII, con un peso de 300 quilates, y que podría estar relacionado con la ex reina consorte francesa María Antonieta, será subastado en Ginebra el próximo 11 de noviembre, con un precio estimado de hasta 2,8 millones de dólares.
Por Infobae
La pieza, que fue fabricada en la década anterior a la Revolución Francesa de 1789, es una joya excepcionalmente rara debido a que ha resistido intacta el paso del tiempo. Andrés White Correal, presidente y jefe de Ventas Reales y Nobles de Sotheby’s para Europa y Medio Oriente afirmó según el medio español, El Debate: “Tener una joya del siglo XVIII intacta de esta magnitud, tamaño e importancia de los diamantes, es excepcionalmente raro”.
Esta extraordinaria pieza de joyería, que se exhibió al público por primera vez en 50 años en las salas de exposición de Sotheby’s en Londres, está compuesta por tres filas de diamantes con borlas en cada extremo y perteneció a los marqueses de Anglesey, una familia aristocrática anglo-galesa. Los miembros de esta familia lo usaron en las coronaciones del rey Jorge VI en 1937 y de la reina Isabel II en 1953, señaló La Vanguardia.
Sotheby’s ha confirmado que la joya se ofrece en su venta exclusiva “Royal & Noble Jewels”, y antes de su subasta en Ginebra, la pieza visitará Hong Kong, Nueva York y Taiwán. Esta gira por América y Asia está destinada a enseñar el valor que tienen las perlas que cuelgan de sus borlas.
Se cree que algunos de los diamantes del collar podrían provenir de la infame pieza del “Asunto del collar de diamantes”, que empañó la reputación de María Antonieta. Este escándalo, conocido como el “Caso del Collar de Diamantes”, se desató en la corte francesa en 1785, pocos años antes de la Revolución Francesa. Luis XV había encargado inicialmente el collar para su amante, Madame du Barry, pero el collar nunca fue adquirido oficialmente por ella ni por María Antonieta, quien lo rechazó debido a su costo y extravagancia.
Jeanne de La Motte, una estafadora, convenció al Cardenal de Rohan de que la reina realmente deseaba el collar y, a través de una serie de manipulaciones, obtuvo el colgante bajo el nombre de la reina. Al final, Jeanne desmanteló el collar y vendió los diamantes por partes. Aunque María Antonieta no tuvo participación en el fraude, la opinión pública la culpó, lo que dañó aún más su reputación en medio de la creciente tensión en Francia, según afirma Reuters.