Hace 18 años, México vivió uno de los capítulos más bochornosos de su historia reciente. La izquierda, alentada por Andrés Manuel López Obrador, trató de impedir con toda su fuerza la toma de posesión de su rival político, el conservador Felipe Calderón, que había ganado las elecciones por un estrecho margen del 0,56 % y el candidato de la oposición le acusaba de haberle robado la Presidencia.
Por El Debate
Era el 1 de diciembre de 2006, y Don Felipe, Príncipe de Asturias, no solo fue testigo de aquellas maniobras, sino que, además, no cedió a las exigencias de los manifestantes, que trataron de impedir que los mandatarios extranjeros asistieran a la ceremonia. Andrés Manuel López Obrador fue el protagonista de aquel episodio vergonzante. A su odio reconocido a España, nación que representa el Rey, se suma el recuerdo de este bochornoso capítulo.
Tres días antes de la toma de posesión de Calderón, los parlamentarios de izquierda tomaron el Congreso de los Diputados, se atrincheraron y bloquearon los accesos para impedir el relevo democrático. Su objetivo era impedir con barricadas y puñetazos que hubiera quorum suficiente para que se pudiera celebrar la toma de posesión.
Atrincherados en el Parlamento
Tres días antes de la toma de posesión de Calderón, los parlamentarios de izquierda tomaron el Congreso de los Diputados, se atrincheraron y bloquearon los accesos para impedir el relevo democrático. Su objetivo era impedir con barricadas y puñetazos que hubiera quorum suficiente para que se pudiera celebrar la toma de posesión.
Para leer la nota completa ingrese AQUÍ