Desde que debutó en la Fórmula 1, Max Verstappen se convirtió en un personaje que impacta más allá de lo deportivo. Su fuerte personalidad, el hecho de que dice siempre lo que piensa y que rompió el molde fue un cocktail explosivo, sumado a su enorme talento que lo llevó a batir récords de precocidad. Con sus tres títulos mundiales su imagen se agigantó y ahora se puso enfrente nada menos que de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), al punto de amenazar con retirarse de la Máxima.
El jueves previo a la carrera de Singapur, durante la conferencia de prensa oficial, Verstappen utilizó la palabra “mie…” para referirse a su vehículo. Las normativas de la FIA consideraron este tipo de lenguaje como ofensivo y, tras revisar la transcripción, determinaron que la conducta de Verstappen violaba el Código Deportivo Internacional. Como resultado, la FIA lo sancionó con la obligación de realizar servicios comunitarios.
El piloto de Red Bull, que este lunes cumplió 27 años, fue claro sobre el impacto que estas sanciones podrían tener en su futuro en la Fórmula 1. “Por supuesto, quiero decir, este tipo de cosas definitivamente también deciden mi futuro”, expresó. “Cuando no puedes ser tú mismo y tienes que lidiar con este tipo de tonterías, creo que ahora estoy en una etapa de mi carrera en la que no quiero estar lidiando con esto todo el tiempo, es realmente agotador”.
Si hay alguien que conoce a Max Verstappen ese es Helmut Marko, asesor de la escudería austriaca, cuya voz tiene un gran peso dentro del equipo. Además, es uno de los responsables del programa Red Bull que apadrina a los jóvenes talentos. Varios de ellos fueron seleccionados por el propio Doctor (como se lo conoce a Marko) y, con el neerlandés, Marko siempre tuvo una relación cercana.
El ex piloto austriaco avisó que no hay que subestimar las palabras de Verstappen: “Hay que tomarse a Max en serio”, en declaraciones exclusivas a Motorsport-Total, la publicación alemana hermana de Motorsport.
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