A Bertha Mendoza se le vio por última vez el 27 de septiembre pasado en su centro de trabajo, la fábrica de plásticos Impact Plastics, localizada en la zona industrial de Riverview en Erwin. Todavía el huracán Helene no había derramado toda su fuerza sobre las colinas del este de Tennessee. Una vez golpeó, no se supo más de ella. Tras dos largos días sin noticias, la siguiente vez que alguien dio con Mendoza fue para rescatar su cuerpo sin vida, sepultado bajo la catástrofe de un huracán que ha dejado decenas de muertos y cientos más desaparecidos en Estados Unidos.
Por El País
Mendoza tenía 56 años y era, según la recaudación de fondos en GoFundme que ha iniciado su hermana Estrella Mendoza, que estaba con ella cuando la inundación comenzó, una “amorosa esposa, madre, hermana, hija y abuela”. Estrella explicó que, tras el desbordamiento del río Nolichucky, ubicado a solo unos pies de la fábrica, Bertha “quedó atrapada en la devastación” mientras “intentaba mantenerse a flote en la fuerte corriente”.
Bertha no fue la única trabajadora que falleció en la fábrica a causa del desastre provocado por el huracán que tocó tierra el jueves 26 de septiembre en el norte de Florida, luego se desplazó unos 800 kilómetros y que ya ha sido catalogado como uno de los más mortales de los últimos 50 años. Según las autoridades de Tennessee, hay una víctima mortal más confirmada que, al igual que Bertha Mendoza, era ciudadana mexicana. También se han reportado como desaparecidas hasta el momento las empleadas Rosa María Andrade Reynoso, Lidia Verdugo, Mónica Hernández y Rosy Andrade. A algunas, incluso, les dio tiempo llamar a sus familiares y pedir ayuda antes de ser arrastradas por las aguas.
Estas muertes o desapariciones han desatado todo tipo de cuestionamientos y denuncias contra los jefes de Impact Plastics: ¿por qué los empleados estaban trabajando en medio de un momento límite cuando se habían dado órdenes de evacuar la zona? ¿Por qué no los enviaron a casa? Son las preguntas que tratará de responder en una investigación la Oficina de Investigación de Tennessee (TBI), localizada en Erwin, tras recibir acusaciones dirigidas a la directiva de la fábrica por no enviar a sus empleados a casa con tiempo suficiente. Algunos sobrevivientes y familiares de víctimas han declarado a la prensa o denunciado en redes sociales que a algunos se les negó la salida del centro laboral. “Pedí que revisaran los sucesos del viernes 27 de septiembre de 2024 para identificar cualquier posible violación criminal”, dice un comunicado de la oficina del Fiscal General del Primer Distrito Judicial, Steve Finney.
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