De acuerdo a una agencia internacional de noticias, la liga nacional de fútbol americano y la autoridad federal para situaciones de emergencia, acordaron un programa para recibir y atender a las personas que busquen refugio nada más y nada menos que en los estadios y campo de entrenamiento de una disciplina deportiva que goza de una extraordinaria popularidad. Es de suponer de la preexistencia de convenios semejantes entre los equipos individualmente considerados de la liga y las autoridades públicas locales, o la demanda del eventual empleo de los espacios que lleva a perfeccionar y adoptar un plan maestro entre la National Football League (NFL) y la Federal Emergency Management Agency (FEMA).
Luce interesante la novedad por dos razones que nos parecen esenciales, en contraste con estas latitudes: de un lado la existencia misma de una agencia federal encargada de gestionar o manejar las emergencias en casos de riesgos y desastres naturales, incluyendo un plan de recuperación para individuos y empresas que lo requieran, prevención y adiestramiento, seguro de inundaciones, entre otras iniciativas que trae un portal digital que, incluso, cuenta con una versión en español. Y, del otro lado, la propia disponibilidad de sendas instalaciones deportivas que pertenecen al sector privado de la economía, sin que haya necesidad de afectarlas, declarándolas de utilidad y función social.
Es sabido el estupendo nivel de seguridad, estructuración y organización de los vistosos y funcionales estadios deportivos, capaces de albergar a miles de personas, dispensándoles buenos servicios en la mayoría de los casos, gozando de amplísimos estacionamientos y medidas de prevención ante cualesquiera circunstancias posibles, añadida la ordenada evacuación de sus distintos lugares, ámbitos y ambientes. Valga acotar, aún los más modestos de las ligas menores tienden a alcanzar las condiciones mínimas de seguridad y confort para la fanaticada, como las más óptimas para los jugadores.
El desarrollo, la ampliación y profundidad del mercado deportivo, esta vez del futbolístico, incentiva y garantiza las grandes inversiones en una infraestructura sólida y absolutamente funcional que tiene por prioridad la del confort, seguridad y comodidad de los espectadores, como el óptimo desempeño profesional de los atletas y entrenadores, la más eficiente transmisión por distintos medios del espectáculo deportivo, el cultivo de una historia y tradición motivadora que, decisivo, genera confianza. Los estadios de usos múltiples que emplean la más avanzada tecnología, sin duda, ofrecen una alternativa de inmediato auxilio para la población sorprendida por los excesos trágicos de cualesquiera fenómenos naturales.
Digamos, el Estado facilita la contribución de la empresa privada en casos de una urgencia social. Acotemos, los cosos deportivos de la liga estelar de fútbol, cuenta con sus respectivos portales detallando sus ventajas y comodidades. En fin, el otro fenómeno natural de los países de avanzado capitalismo.