En 2003, el artista Michael Townsend decidió llevar a cabo un proyecto fuera de lo común. Tras descubrir un espacio no utilizado en el Providence Place Mall, un gigantesco centro comercial ubicado en Rhode Island, en Estados Unidos, decidió construir un departamento secreto en su interior. Townsend vivió ahí de forma clandestina durante cuatro años, desde 2003 hasta 2007, evitando ser descubierto por la seguridad del lugar. Lo que comenzó como un experimento para hacer frente a la pérdida de su hogar, acabó convirtiéndose en una de sus obras artísticas más célebres.
Por Infobae
Creación del departamento secreto en el centro comercial
Townsend y un grupo de amigos artistas encontraron un espacio sin uso dentro de la estructura del centro comercial, un área de 70 metros cuadrados que no estaba destinada a ningún propósito específico. El espacio, un rectángulo sin ventanas, de hormigón y bastante industrial, resultó perfecto para ellos. Acostumbrados a convertir fábricas abandonadas en lugares habitables, vieron el potencial de este espacio y lo transformaron en un departamento clandestino.
La inspiración para este proyecto surgió tras la pérdida de su antiguo hogar en Eagle Square, un complejo de edificios industriales que había sido rehabilitado como un espacio asequible para artistas, pero que finalmente fue comprado por desarrolladores inmobiliarios. Townsend vio en el espacio del centro comercial una oportunidad de llevar a cabo una “constructora clandestina”, similar a lo que hacían los empresarios inmobiliarios que lo habían desplazado. Así, armó un pequeño departamento en pleno centro de uno de los íconos del consumismo moderno.
Motivaciones y filosofía artística
La filosofía detrás de este proyecto iba más allá de simplemente encontrar un nuevo lugar donde vivir. Townsend, profundamente afectado por la gentrificación que lo había dejado sin hogar, decidió imitar el proceso de los desarrolladores en su barrio: ocupar un espacio no utilizado y darle una nueva vida. Pero a diferencia de las empresas comerciales, su intención no era lucrar, sino crear un hogar temporal que simbolizara la lucha por preservar la comunidad artística en la ciudad.
Townsend señaló que el centro comercial, con su estructura masiva y su apariencia de “gigantesca cortina de comercio”, representaba todo aquello que estaba transformando su vecindario en un espacio comercializado y caro. El departamento secreto fue una respuesta a esa transformación, una obra artística clandestina que cuestionaba el avance del capitalismo y la destrucción de los entornos creativos.
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