La Corte Suprema de Texas, en el sur de Estados Unidos, aceptó un pedido de última hora para suspender la ejecución de Robert Roberson este jueves, en medio de insistentes esfuerzos de este hombre autista por demostrar su inocencia en la muerte de su hija de dos años.
En su fallo, un juez del máximo tribunal estatal aceptó el pedido de legisladores locales demócratas y republicanos para que Roberson acuda ante una comisión de la Cámara de Representantes del Congreso de Texas que evalúa su caso, dejando la ejecución en suspenso, aunque su condena sigue en pie.
“Si la sentencia se lleva a cabo, el testigo obviamente no puede comparecer”, consideró el juez Evan Young.
Roberson, de 57 años, fue condenado por causar la muerte de su hija Nikki en 2002, a quien él mismo había llevado grave al hospital. Pero él niega los hechos e incluso uno de sus acusadores se ha retractado y le ha pedido perdón.
“El gran equipo que lucha por Robert Roberson está eufórico”, porque un grupo de legisladores de Texas “decidió investigar en profundidad su caso, que ningún tribunal había considerado hasta ahora, y reconoció que valía la pena luchar por su vida”, dijo el jueves en una declaración la abogada de Roberson, Gretchen Sween. “Robert vive para luchar otro día”, agregó.
“Después de que le comunicaran la suspensión, Roberson alabó a Dios y agradeció a quienes lo apoyaban”, informó una portavoz del Departamento de Justicia Criminal de Texas.
La causa de la muerte de la niña, que sufría una enfermedad crónica, fue diagnosticada en el hospital como síndrome del bebé sacudido, es decir, que presentaba lesiones por un zarandeo presuntamente realizado por el padre.
De acuerdo con Sween, ese diagnóstico fue erróneo porque la menor falleció por una neumonía que se agravó cuando los médicos le prescribieron un tratamiento inadecuado, ha dicho.
Hay “nuevas pruebas científicas y médicas abrumadoras” que demuestran que la niña murió por “causas naturales y accidentales, no por abuso”, había explicado recientemente.
Batalla legal
En esta última semana el Comité de Indultos de Texas había negado por unanimidad un pedido de los abogados para recomendar al gobernador, el conservador Greg Abbott, que le concediera clemencia.
Si bien Abbott no podía conceder clemencia sin el consentimiento del comité, sí podía aplazar la ejecución por 30 días, pero no llegó a pronunciarse.
La Corte Suprema de Estados Unidos, de mayoría conservadora, también había negado un pedido para suspender su ejecución.
“La idea de que la muerte de Nikki fue causada por abuso -en forma de sacudidas violentas y quizás un golpe contundente- se presumía basándose en creencias médicas vigentes en ese momento que desde entonces han demostrado carecer de respaldo científico”, había explicado Sween en su petición a la Corte Suprema.
Como último recurso, un comité de diputados estatales republicanos y demócratas de Texas pidió a la justicia que les permitiera entrevistar a Roberson antes de su ejecución. El pedido fue aceptado inicialmente por un juez de distrito en Texas, luego rechazado por una corte de apelaciones y finalmente aceptado por un juez de la Corte Suprema del estado.
En tanto, este jueves recibió la inyección letal en Alabama el recluso Derrick Dearman, de 36 años, condenado por el asesinato confeso 2016 de cinco personas que estaban relacionadas con su novia y quien no apeló a su sentencia.
“Los horripilantes hechos de este caso merecían el máximo castigo”, dijo el fiscal general de Alabama, Steve Marshall.
Acusador arrepentido
El caso de Roberson llamó la atención del Proyecto Inocencia, que trabaja para revertir las condenas erróneas, así como del exitoso novelista estadounidense John Grisham, legisladores de Texas y expertos médicos.
Entre quienes buscan detener su ejecución también está el hombre que lo puso tras las rejas: Brian Wharton, el ex detective jefe que tuvo el caso en sus manos.
“Sabiendo todo lo que sé ahora, estoy firmemente convencido de que Robert es un hombre inocente”, dijo Wharton en una reciente conferencia de prensa.
“Siempre estaré atormentado por el papel que desempeñé al ayudar al Estado a poner a este hombre inocente en el corredor de la muerte (…). El caso de Robert siempre será una carga en mi corazón y en mi alma”, agregó.
“Lo sorprendente del caso de Robert es que no hubo ningún delito”, ha dicho por su parte Grisham.
Kate Judson, del Centro para la Integridad en Ciencias Forenses, dijo que más de 30 padres y cuidadores en 18 estados de Estados Unidos han sido exonerados después de ser condenados injustamente utilizando el argumento “no científico” del bebé sacudido.
En lo que va del año, 20 condenados han sido ejecutados en Estados Unidos.
AFP