Todos los animales tienen que orinar y defecar, aunque no todos escogen el momento idóneo para realizarlo.
Por Clarín
En SeaWorld San Antonio, una orca decidió que una exhibición repleta de gente era el momento perfecto para vaciar sus intestinos y, además, bañar a los espectadores con su maloliente contenido.
Todo parecía ir como debía durante el espectáculo. El gigantesco cetáceo nadaba cerca de la superficie, y todo indicaba que en cualquier momento haría uno de sus característicos saltos.
Sin embargo, lo que dejó en el agua no fue precisamente una acrobacia. La orca defecó justo en el borde del tanque, tiñendo el agua de color marrón.
¿Lo hizo a propósito?
Si esto no fuera lo suficientemente desagradable de presenciar, al saltar, su potente inmersión lanzó una ola de agua llena de excrementos directamente hacia el público.
Aunque mojarse es parte del atractivo de estos espectáculos, esta fue una experiencia nauseabunda. “Sabíamos que nos íbamos a mojar, pero jamás nos imaginamos esto”, comentó uno de los desafortunados asistentes en la llamada zona de salpicaduras.
El olor era tan penetrante que muchos comenzaron a sentirse mal, algunos incluso llegaron a vomitar, mientras intentaban limpiarse los restos de excrementos con las manos o cualquier cosa a su alcance. “Olía horrible, y la gente estaba con arcadas”, aseguró un afectado.
SeaWorld, por su parte, no tardó en emitir un comunicado. Aseguraron que los visitantes afectados fueron llevados a una zona de descontaminación, donde se les proporcionó jabón, agua embotellada y toallas para mitigar el impacto del incidente.
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