Las clases en las escuelas primarias de la capital india, Nueva Delhi, se imparten desde este viernes en línea debido al aumento de los niveles de polución aérea en la ciudad, que volvió a ser hoy la ciudad más contaminada del mundo, según los datos de la plataforma suiza IQ Air.
La jefa de Gobierno de Nueva Delhi, Atishi Marlena Singh, anunció ayer la medida en un mensaje publicado en su perfil oficial de la red social X.
“Por los niveles crecientes de contaminación, todas las escuelas primarias en Delhi impartirán sus clases en línea, hasta nuevas indicaciones“, dijo Atishi Singh.
Según los datos brindados por la plataforma suiza especializada en la medición de la calidad del aire en diferentes ciudades del mundo, el índice de calidad del aire en la capital india se situó este viernes en 802, un nivel considerado “peligroso” para la salud humana a las 12:15 horas (6:47 GMT).
Con este dato, Nueva Delhi superó este viernes a la paquistaní Lahore -apenas 400 kilómetros al noroeste de la megalópolis india-, que había dominado los ránking como ciudad más contaminada del planeta en las últimas semanas.
La concentración de partículas PM 2.5 -las más perjudiciales para la salud- en el aire fue de 477 microgramos por metro cúbico, superando 95 veces el valor guía anual de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por su parte, la concentración de partículas PM 10, también contaminantes, fue de 759 microgramos por metro cúbico en Nueva Delhi.
Este viernes, la Comisión de Gestión de la Calidad del Aire de la ciudad impuso en la capital india las prohibiciones que forman parte de la Fase III de su Plan de Respuesta Gradual (GRAP, por sus siglas en inglés) contra la contaminación ambiental.
Entre ellas, destacan la prohibición de trabajos de construcción y de la circulación de vehículos de cuatro ruedas de gasolina BS-III y de diésel BS-IV en la capital y en sus distritos limítrofes, según informaron los medios locales.
Nueva Delhi experimenta desde hace semanas un aumento de la contaminación aérea que, si bien es habitual en los meses de invierno, y especialmente en noviembre, supone un deterioro dramático en la calidad del aire que afecta a la visibilidad y a la salud a corto plazo de sus casi treinta millones de habitantes.
Una combinación de factores como la quema de residuos agrícolas, las emisiones industriales y las condiciones meteorológicas adversas generan una densa capa de esmog -niebla mezclada con humo y partículas en suspensión- que envuelve la ciudad, una de las más pobladas del mundo. EFE