Sara Netanyahu, la esposa del primer ministro israelí, pidió este martes ser reconocida como víctima de un intento de ataque terrorista por el lanzamiento de tres bengalas que se produjo contra su residencia privada en la urbe costera de Cesaréa, el pasado 17 de noviembre.
El incidente, ocurrido en paralelo a una protesta frente a la casa del mandatario israelí, no causó daños y fuentes policiales confirmaron que Netanyahu y su familia no estaban en la residencia, ubicada en Cesarea, a unos cien kilómetros de Jerusalén, en el momento del ataque.
Según el canal israelí 14, el abogado de la familia de Netanyahu, Uriel Nizri, sin embargo, envió una carta a la policía israelí y al Shin Bet (la agencia de inteligencia nacional) en la que aseguró que se trató de un “grave evento terrorista en el que se dispararon explosivos militares contra su casa, causando daños y un incendio que se inicio en el lugar“.
Hasta el momento, cuatro sospechosos han sido arrestados e interrogados por el incidente, incluido el contralmirante Ofer Doron y otros dos activistas antigubernamentales.
Este no ha sido el único ataque contra la residencia privada del líder israelí, el pasado 19 de octubre un dron disparado desde Líbano y atribuido a Hezbolá impactó en una ventana de seguridad. En el momento del ataque, tampoco se encontraban ni Netanyahu, ni su esposa.
Ambos ataques generaron condenas generalizadas entre los principales líderes políticos de la coalición de Netanyahu y también del presidente israelí, Isaac Herzog, que lo calificó como una “escalada peligrosa” que no debe derivar en más violencia en la esfera pública.
Este martes todas las miradas están puestas en la reunión del Gabinete de Seguridad israelí en la que previsiblemente aprobarán esta noche el plan de tregua con Líbano que según filtraciones, entraría en vigor mañana miércoles.
Mientras tanto, el Ejército israelí está intensificando antes de este anuncio sus bombardeos contra Beirut y también contra el sur y el este del país vecino.
EFE