Mientras el país sufre una evidente crisis de servicios públicos, especialmente grave en Nueva Esparta, los simpatizantes del chavismo celebraron en redes sociales que a las antiguas torres de El Silencio en el Centro Simón Bolívar les colocaron algunas luces LED el pasado fin de semana con los colores del tricolor nacional.
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La polémica y editada fotografía fue compartida por el cantante Gerardo Valentín, acostumbrado a participar en conciertos organizados por instituciones públicas. En su opinión, ponerles luces a los edificios “realmente está a nivel de las grandes capitales del mundo”, aunque reconoce que todavía “falta por hacer”.
Es recurrente que las autoridades chavistas realicen “obras” de tal naturaleza, con la intención de maquillar el notable abandono de algunas calles de la capital.
Como era de esperar, su publicación se llenó rápidamente de críticas de parte de los ciudadanos de Caracas y otras regiones que le recordaron la debacle eléctrica, caracterizada por bajones y apagones prolongados, así como el abandono de hospitales, universidades y empresas en manos del Estado venezolano.
Por si fuera poco, varios internautas publicaron fotografías a plena luz del día que demuestran el ya conocido abandono del Centro Simón Bolívar y que, con toda seguridad, Venezuela no se ha arreglado.
Las torres de El Silencio se inauguraron en la década de los 50, un proyecto que también incluía al Pasaje Zingg y que fue ordenado por el dictador Marcos Pérez Jiménez, quien levantaba obras públicas mientras reprimía a la disidencia.