Los rescatistas sirios buscan este lunes a presos políticos en la cárcel de Saydnaya, un símbolo de las atrocidades durante el mandato de Bashar al Asad, mientras los habitantes de Damasco celebran la caída del gobierno, tras una rauda ofensiva de los rebeldes.
Al Asad huyó de Siria ante la avanzada fulgurante de una coalición de rebeldes liderados por la organización islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que tomaron la capital el domingo y pusieron fin a más de cinco décadas de gobierno de la dinastía fundada por el padre de Bashar, Hafez al Asad.
Siria llevaba sumida en una guerra civil desde 2011, cuando el gobierno de Al Asad reprimió de forma feroz una ola de protestas pacíficas, lo que derivó en un conflicto que dejó 500.000 muertos y obligó a la mitad del país a huir de sus hogares.
Los Cascos Blancos, una red de socorristas que durante el conflicto operaron en las zonas controladas por los rebeldes, informaron que buscan escondites y sótanos en las mazmorras de Saydnaya por si hubiera prisioneros atrapados.
“Estamos trabajando con todas nuestras fuerzas para alcanzar una nueva esperanza, y debemos estar preparados para lo peor”, indicó en un comunicado.
Los rebeldes anunciaron el domingo tras su entrada en Damasco que liberaron a todos los presos “detenidos injustamente”.
El gobierno que Asad heredó de su padre Hafez, que gobernó Siria desde 1971 hasta su muerte en 2000, un complejo de prisiones utilizado para reprimir cualquier disidencia al Partido Baaz.
En las redes sociales, los sirios comparten fotos de prisioneros liberados para que se reúnan con sus familias.
Fadwa Mahmud, una antigua prisionera, espera con expectación reencontrarse con marido y a su hijo.
“¿Dónde están? Maher y Abdelaziz, ya es hora de tener noticias suyas”, escribió Mahmud.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Reino Unido que monitorea el conflicto, estimó el domingo que al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de la operación relámpago de los rebeldes.
Los insurgentes avanzaron desde su bastión en Idlib el 27 de noviembre y tomaron Alepo, Hama, Homs y en la madrugada del domingo entraron en Damasco.
Según los expertos, el gobierno de Al Asad no pudo sostenerse sin al apoyo de sus aliados, ya que Rusia está concentrada en Ucrania e Irán y el movimiento chiita libanés Hezbolá están debilitados por sus enfrentamientos con Israel.
“Llevo 14 años esperando este momento”
Tras el levantamiento del toque de queda impuesto por los rebeldes, los habitantes de Damasco se congregaron en Plaza de los Omeyas para celebrar.
“Es indescriptible, no pensábamos que esta pesadilla iba a terminar”, dijo con entusiasmo Rim Ramadan, de 49 años, una empleada del Ministerio de Finanzas, que acudió a esta rotonda donde muchos sirios agitaron la bandera con tres estrellas rojas, símbolo de la oposición siria.
La guerra civil provocó el éxodo de millones de personas y en el paso fronterizo de Cilvezogu con Turquía, los exiliados desbordaban de emoción.
“Llevo 14 años esperando este momento, quería ser piloto, pero tuve que dejarlo todo”, relató Hamad Mahmud, un hombre de 34 años, que viajó desde Estambul, donde trabajaba en un restaurante.
El Kremlin declinó confirmar este lunes los reportes de que el gobernante derrocado huyó a Rusia, después de que agencias de prensa rusas informaran, citando fuentes del gobierno, que el dirigente y su familia estaban en Moscú.
“Proteger a las minorías”
Abu Mohamed al Jolani, el líder de HTS, afirmó el domingo en un discurso en la mezquita de los Omeyas en Damasco que la “victoria” es un triunfo “para toda la comunidad islámica”.
Al Jolani, nacido en 1982, operó durante años en las sombras. Se ha distanciado de su pasado vinculado a organizaciones yihadistas como Al Qaida y en entrevistas a medios occidentales afirmó que “todo el mundo pasa por fases”. Durante este proceso Al Jolani se deshizo de su turbante y recortó su larga barba, para lucir un estilo más prolijo y ropa militar occidental.
Pero HTS, sigue siendo considerada como un grupo “terrorista” por los gobiernos occidentales.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este lunes con carácter de urgencia, tras una petición de Rusia, el principal aliado de Al Asad.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, declaró este lunes que la transición “debe asegurar que haya una rendición de cuentas” por los crímenes cometidos por el gobierno de Al Asad y pidió proteger a las minorías.
La Unión Europea expresó este lunes que considera imperativo que haya una transición “pacífica y ordenada”.
El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Saar, indicó este lunes el carácter “temporal” de la orden emitida por el gobierno al ejército de “tomar” una zona de distensión desmilitarizada en los Altos del Golán, cerca de la frontera con la zona de esta meseta que perteneció a Siria y fue anexada.
Más tarde Saar informó que la aviación israelí bombardeo depósitos de “armas químicas” en Siria.
AFP