Kari Lake vuelve a los medios de comunicación después de perder dos elecciones. Donald Trump ha nombrado a la experiodista de Fox News reconvertida en política como la próxima directora de Voice of America (VOA), un medio de comunicación financiado por el Congreso que emite información en 48 idiomas, alcanzando una audiencia de 320 millones de personas en diversos países. Trump indica con este movimiento que pretende impulsar más allá de las fronteras la propaganda del movimiento Make America Great Again, MAGA. “Bajo mi liderazgo, VOA destacará en su misión: hacer la crónica de los logros de Estados Unidos en todo el mundo”, aseguró Lake, quien no reconoció el triunfo de Joe Biden en las presidenciales de 2020 y tampoco admitió su derrota en la elección a gobernadora de Arizona en 2022.
Por El País
Lake, de 55 años, fue derrotada el mes pasado en la disputa para quedarse con el escaño que dejó libre la salida de Kyrsten Sinema de la cámara alta. La republicana perdió frente al demócrata Rubén Gallego, quien se sumará a la representación latina en Washington. Lake perdió por más de 80.000 votos, casi el 3%, a pesar de que Trump se llevó Arizona.
El nombramiento, no obstante, llega como un premio de consolación para una de las simpatizantes más activas del movimiento MAGA. Su nombre estuvo considerado para ser embajadora en México, pero la futura Administración eligió en su lugar a un veterano diplomático con antecedentes en el Ejército y la CIA.
Trump anunció el nombramiento la noche del miércoles en la red Truth Social. Aseguró que Lake trabajará con el director de la Agencia Global de Medios de Estados Unidos, a quien el presidente electo aún debe elegir, para asegurarse de que “los valores estadounidenses” sean “comunicados de forma justa y exacta y no como lo hacen los medios de fake news”. A pesar de su trayectoria de 22 años en los medios de comunicación, Lake se convirtió en una dura crítica de la de las grandes cabeceras y organizaciones mediáticas. Como candidata negaba las preguntas a varios periodistas y humillaba reporteros para después subir los fragmentos a sus redes sociales.
La excandidata ha acumulado una trayectoria de desinformación desde que saltó a la política, en marzo de 2021. En decenas de mitines celebrados en los últimos años, donde sirvió como telonera al presidente electo cada vez que este pisaba Arizona, Lake aseguraba que Biden había llegado a la presidencia gracias a un fraude electoral. También repetía la versión, ampliamente desmentida, de que parte de la población carcelaria El Salvador y Venezuela había llegado a territorio estadounidense gracias a la política de “puertas abiertas” del mandatario demócrata.
Lake viró a la derecha durante la primera presidencia de Trump. Sus amistades la conocieron viajando a Jamaica de vacaciones, frecuentando bares gais y organizando grandes fiestas en su casa. Ya como candidata, no obstante, abrazó las políticas más duras contra la inmigración, los trans y el aborto. Sugirió al Congreso local dejar en vigor una draconiana ley de 1864 que amenazaba con enviar a prisión a cualquiera que auxiliara a poner fin a un embarazo. Como hizo el propio Trump, Lake se desdijo y modificó su posición en torno al aborto durante la campaña.
El nombramiento de Trump pone patas arriba a Voice of America, una empresa de comunicación beneficiada con dinero público que cuenta con varios procesos para garantizar la objetividad de sus contenidos. Brian Stelter, el analista de medios de la CNN, recuerda que los presidentes no suelen tomarse la molestia de elegir a quien dirigirá un medio público. El propio Trump no lo hizo en su primer Gobierno.
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